Desde el momento en que se cruza la puerta de entrada, queda claro que esta casa ubicada en Boerum Hill, Brooklyn, no es como cualquier otra. Una paleta de colores amplia, pero elegante al mismo tiempo, define el tono central de la decoración. Formas curvas que van desde el living hasta el comedor, presentes en muebles, en los arcos y en tantos otros detalles, evidencian una estética moderna pero acogedora al mismo tiempo.
En la cocina, los colores cálidos son protagonistas, junto con el uso de materiales nobles. Un arco profundo de yeso acanalado introduce la cocina y su imponente muro de acero y vidrio que da al patio trasero. Una isla con cubierta de mármol Calacatta Vagli Viola contrasta con los cajones en tonos champiñón, mientras que un gabinete curvo enmarca el área del comedor, donde una mesa de roble claro y sillas tapizadas se iluminan con un trío de lámparas de vidrio soplado.
En el segundo piso de esta townhouse, se encuentran el dormitorio y baño principal, uno de los protagonistas del lugar: a pesar de las paredes en un tono lavanda y las superficies de ónix verde y rosa aurora macchia vecchia en la ducha, la estrella es la bañera con vista al jardín, enmarcada por una ventana de acero.
La remodelación de esta casa estuvo a cargo de Barker Architecture Office, quienes lograron demostrar que el uso de colores y la incorporación del diseño son capaces de lograr un espacio acogedor y funcional.
