El “descubrimiento” de este país empieza en el parque Serengueti –ubicado en la frontera con Kenia–, que es una de las mayores zonas protegidas y mejor conservadas en el mundo para disfrutar de un safari. Este ha sido desde siempre uno de los lugares favoritos para los muchachos de la National Geographic y hoy también para muchos turistas.
La razón de esta fama indiscutida se debe a que en este parque se pueden encontrar todos los animales que están en nuestro querido Zoológico Metropolitano pero en su estado natural y más vivos que nunca. Elefantes, leones, cebras, hienas, jirafas, búfalos, chitas, cocodrilos, hipopótamos y monos son sólo algunos de los ejemplares que se pueden ver en grandes cantidades en el recorrido que se hace por el parque; incluso es muy probable toparse con alguno de ellos en la puerta de la cabaña. Aquí la naturaleza no se interviene y todo está muy bien mantenido para el turista. Otra razón de su fama se debe al increíble recorrido de 400 kilómetros que cada año hacen miles de ñus –o Wildebeest– en busca de agua y de terrenos donde procrear, con la consideración de que este es uno de los animales más feos del reino animal.
Lo mejor de todo es que la oportunidad de ver estas maravillas de la naturaleza está más al alcance de lo que se cree. La oferta hotelera es de lo más variada y se encuentran alternativas para todos los bolsillos: desde los campsites, donde por unos dólares se puede dormir en una carpa, hasta el lujoso hotel Singita Grumeti Reserves, que este año fue elegido como el mejor según la revista Travel and Leisure; no es para menos, ya que incluye todo tipo de lujos, como por ejemplo, el placer de almorzar en una mesa de mantel blanco, menú y carta de vinos en la mitad del parque. Para los viajeros que buscan sólo cierto grado de comodidad, hay lodges o cabañas que tienen todo lo que uno necesita después de un largo día de safari.
En cualquiera de los casos, es necesario empezar el recorrido en la ciudad de Arusha, desde donde salen todos los tours y donde hay infinitas compañías de turismo que ofrecen paquetes armados, que incluyen un jeep del siglo pasado y un guía –generalmente lugareño– que maneja un inglés fluido y que conoce los mejores datos del parque y cómo aprovechar al máximo el paseo.
El tiempo necesario va a depender de cada viajero, pero cinco días para conocer el parque Serengueti y otros parques como el cráter del Ngorongoro, son suficientes para llevarse una increíble impresión del lugar.
Para cambiar de aire y continuar con el “descubrimiento”, qué mejor que volar tres horas directo hasta Zanzíbar o The Spice Island, famosa por la producción de distintas especias como el curry y el azafrán. Además, es conocida por su descendencia musulmana, porque durante el siglo XVII fue centro estratégico del tráfico de esclavos y porque en sus tierras tuvo lugar la guerra más corta de la historia, de sólo 45 minutos.
Su capital es Stone Town, una ciudad que invita a descubrir interesantes rincones y el buen comer: cada esquina está ocupada por una tienda, bazar, bar o un restorán. Destaca su mercado, el Darajani Market, lugar especial para comprar frutas y especias a precio regalado, y el Forodhani Night Market, que se instala todas las tardes y donde se encuentran exquisiteces por pocos pesos.
Stone Town es también lugar de culto para los fans de Queen, ya que aquí nació su vocalista, Freddy Mercury. Hoy es posible visitar su casa y tomarse una cerveza a la orilla del mar en el bar que lleva su nombre, el “Mercury’s”.
Para finalizar, a una hora de la ciudad, se encuentra Nungwi, un verdadero paraíso. A lo largo de su playa se pueden encontrar todos los hoteles, desde cadenas hasta hoteles más sencillos y atendidos por sus dueños, la gran mayoría pertenecientes a europeos que quedaron encantados por el lugar. Bares y pintorescos restoranes prenden sus luces para recibir a los sedientos viajeros y las tiendas de turismo ofrecen todo tipo de paseos, como viajes en barco para ver el atardecer, cursos de buceo, excursiones a los campos de especies y muchas otras actividades que, si el tiempo y las ganas se lo permiten, hacen aún mejor la experiencia.
Tanzania es un país que impresiona en cada momento y en el que aunque está todo descubierto, el viaje es sorprendente y recomendable para todos aquellos que quieren algo diferente.
Nungwi Beach, una de las principales playas de Zanzíbar, conocida por sus pescadores y bares.
Poblador de Nungwi, una villa de pescadores.
Museo The House of Wonder en Zanzíbar.
Entrada al Darajani Market, el mercado de la ciudad, donde venden especias como el azafrán y vainilla por pocos pesos.
Parque Nacional Ngorongoro, ubicado en el cráter del volcán del mismo nombre, donde se puede ver distintas especies en su hábitat natural.
Atardecer en el Serengueti.
Una de las tantas playas paradisiacas de Zanzíbar.
Un grupo de viajeros esperando ver a uno de los pocos rinocerontes que hay en el Parque Nacional Ngorongoro.
Forodhani Food Market, lugar imperdible de Stone Town, donde todas las noches se pueden degustar los sabores de la isla.
