Ubicada entre las quebradas de Quereo y el Negro, Casa 45 mira al Pacífico desde un terreno que combina arena, viento y un paisaje de gran fuerza natural. Concebida por los arquitectos Sarah Bosch y Piero Mangiamarchi, de 3370 Studio, como segunda vivienda familiar, comenzó como un monovolumen en 2014, pensado para erigirse como un hito visible en el paisaje. Con el paso de los años y el nacimiento de los hijos de los propietarios —primero en 2016 y luego en 2018—, el proyecto se amplió con un segundo volumen semienterrado, transformándose en una casa que refleja el paso del tiempo y las distintas etapas de vida de sus habitantes.
Casa 45 no muestra todo de inmediato. Desde la carretera, aparece como un volumen limpio y reconocible; desde la calle vecinal, como una ventana al cielo que protege la vida privada; y solo al acercarse se descubre el resto de su relación con el paisaje: un patio resguardado del viento, aberturas enmarcando el mar y rincones pensados para habitar el exterior.
El recorrido por la casa es fluido y continuo, y va conectando exterior e interior en distintos niveles. Esta característica hace que la vivienda pueda experimentarse de múltiples maneras, ofreciendo sorpresas visuales y espaciales a medida que se avanza por ella.
El proyecto fue construido en hormigón armado a la vista, elegido por su baja mantención y su capacidad de resistir el entorno costero. Los revestimientos pétreos —mármol, piedra de la zona y gravilla— se integran cromáticamente al paisaje, mientras que el mobiliario en madera mara fue diseñado y fabricado por los mismos dueños, convirtiéndose en parte del relato de la casa. Cada cama, lámpara y mesa fue creada como un gesto personal de habitar y “vestir” el espacio con sus propias manos.
El mayor reto estuvo en mantener el espíritu del proyecto inicial a pesar de haber sido desarrollado por etapas. La ampliación obligó a replantear ciertas ideas preconcebidas para acomodar a una familia de cinco integrantes, manteniendo el concepto de monovolumen inicial y sumando un nuevo volumen que se esconde parcialmente en el terreno.
Casa 45 es, en definitiva, una casa que se descubre a medida que se recorre, que se asoma al paisaje sin imponerse y que logra transformar las necesidades familiares en una propuesta arquitectónica coherente, sobria y profundamente vinculada con su entorno.
