El refugio de un nómade en Vichuquén

Pablo Mekis ha sido un nómade por definición, cada una de sus casas tiene un estilo único, sin embargo, su nueva casa en el lago Vichuquén está pensada para ser la definitiva. Como era de esperarse, tiene el buen gusto y sello de su dueño.

No se puede escapar del destino, aunque pareciera que para Pablo Mekis éste estaba escrito mucho antes de que él mismo lo supiera.

Pablo y su familia fueron de los primeros en llegar al Lago Vichuquén; comenzó en los años 20 con su abuelo y desde ahí una seguidilla de hermanos y sobrinos, que sienten el lago como su hogar, igual que Pablo. Aunque hace dos años decidió construirse una casa en Zapallar y vender la suya en el lago, las ganas de volver nunca desaparecieron.

“El lago es parte de mi vida, todos los recuerdos de mi familia, de mis papás, hermanos y amigos, se relacionan con este lugar. Volver aquí era lo lógico, hacerse una casa nueva es también una segunda oportunidad para hacer las cosas mejor y saber bien lo que se necesita y lo que no….”, cuenta.

La casa está inspirada en un barn americano. “Siempre quise una casa que tuviera este estilo, era una idea un poco romántica. No me calza la idea de hacerme una casa moderna en este lugar, me imaginé siempre un granero. Para mí lo ideal era tener un gran espacio, todo unido, poder recibir y estar siempre en un mismo lugar, con la menor cantidad de puertas y muros; las casas de lago son para facilitarse la vida, para vivirlas en el exterior durante el verano y sentirlas cómodas en el invierno”.

En el terreno ubicado en lo alto, con una vista al lago privilegiada que pocos conocen, la casa principal y dos casas de invitados parecen sacadas de una película de Nancy Meyers; rodeada de bosques y especies nativas, esta casa está pensada para pasar el mejor fin de semana descansando o, en el caso de Pablo, tener la suerte de vivir aquí. Esta casa y su vuelta al lago son parte también de un nuevo proyecto que lo tiene muy entusiasmado.

“Cuando decidí volver, también resolví lo que quería hacer aquí: hoy estoy a cargo de una oficina de corretaje de propiedades de Vichuquén; tengo una empresa de mantención, decoración y paisajismo; además de mi negocio de venta de cojines, que manejo hace casi ya 15 años, y que vende de manera exclusiva a clientes de todo el mundo y a tiendas tan espectaculares como Bergdorf Goodman”, dice.

Pablo lo tenía claro mucho antes de empezar, sabía perfectamente cómo quería su casa y con quién quería hacérsela: junto al arquitecto Humberto Sciaccaluga y al constructor Bernardo Bustamante, quien ha construido varias casas en el lago. Los dos ajustaron todas las ideas que Pablo tenía, y en menos de siete meses la casa estaba construida; en menos de dos semanas, decorada y lista para recibir a sus amigos, una de las cosas que más le gustan. “Esta es mi casa definitiva, me la hice a medida de mis 5 perros y mía. Cada mueble, cuadro o adorno ha viajado conmigo desde Miami, donde viví 20 años, a Vichuquén, Zapallar y ahora a esta casa. Aquí, como está todo, así se queda”.

 

*Este artículo fue publicado originalmente en febrero de 2017.

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