Diseño

Maderas oscuras, telas y cuero hacen de esta casa un espacio acogedor

Pensada para recibir invitados sin perder su carácter familiar, esta vivienda fue remodelada y decorada para tener identidad propia y adaptarse a los distintos momentos que forman parte del día a día de sus dueños.

El arquitecto e interiorista Vincent Pearson fue el encargado de tomar este proyecto residencial que debía resolver varias necesidades: transformar una casa existente, darle coherencia estética y funcional, y convertirla en un lugar que pudiera recibir visitas de manera frecuente sin perder la sensación de intimidad. La remodelación incluyó tanto la arquitectura interior como la decoración, hasta llegar a un resultado que refleja por completo el estilo de vida de sus propietarios.

La intervención abarcó toda la vivienda: desde los espacios interiores hasta las terrazas, el jardín y la piscina. “Era importante que la casa pudiera ‘agrandarse’ y ‘achicarse’ según el día”, explica Pearson. El objetivo fue lograr espacios flexibles, capaces de adaptarse a reuniones numerosas o a la vida cotidiana de la familia.

La propuesta se construyó sobre una paleta de maderas oscuras, telas y cuero, materiales que aportan calidez y un carácter atemporal. Los tonos profundos y las texturas naturales generan una atmósfera elegante y acogedora, pensada para invitar a quedarse y compartir.

El living-comedor se transformó en el corazón de la casa. Por su escala y uso constante, fue concebido como el espacio protagonista: un lugar cómodo y versátil, capaz de reunir a todos sin perder sensación de amplitud.

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La paleta de colores elegida recorre la casa de manera transversal, entregando a cada espacio una atmósfera que, pese a sus tonos oscuros, no deja de sentirse acogedora. Esto se logra a través de una combinación de texturas cálidas, como linos y lanas, y gracias al juego que se hace con colores más neutros, como blancos y beiges.

Uno de los puntos más complejos del proyecto fue la zona posterior de la casa. En pocos metros cuadrados hubo que resolver piscina, terraza y patio trasero, logrando que convivieran en equilibrio. El diseño final ordenó estos elementos en un conjunto armónico, evitando la sensación de saturación y potenciando la conexión visual entre interior y exterior.

El resultado es una casa que se siente viva y cambiante, con la capacidad de abrirse a la convivencia social o volverse íntima según el momento.

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