Preparación:

  1. Para los discos, hacer un almíbar con la miel, el azúcar y el jugo de naranja. Montar dos láminas de masa y, con un aro de 6 a 8 centímetros, cortar discos. Pincelar los discos con almíbar de naranja con miel. Poner sobre un sylpat (base de silicona antiadherente para horno) y llevar al horno hasta que estén doradas y crujientes. Pueden hacerse también en una plancha eléctrica (de las que se cierran con tapa), pero hay que tener cuidado y limpiarla cada vez que se cambian los discos, para evitar que se siga quemando el azúcar que cae.

  2. Para el creme brulée, hervir la crema de leche con el palo de vainilla (también se puede usar extracto de vainilla, pero el resultado no es igual). Abrir el palo y sacar las semillas del interior raspando con un cuchillo. Volver el palo a la mezcla y dejar reposar un rato.

  3. Aparte, batir las yemas con las claras hasta que estén pálidas. Con un mezclador manual, agregar la crema de a poco. Poner toda la mezcla en un pyrex pequeño, de manera que la mezcla quede de unos 2,5 centímetros de altura, y tapar por encima con papel aluminio. Llevar al horno a baño María hasta que cuaje. Cuidar que el baño María no hierva nunca, para evitar que se corte. Sacar del horno, enfriar y luego refrigerar. Lo ideal es que esté muy fría al usar.

  4. Para la salsa de naranja, poner todos los ingredientes al fuego, hasta espesar.
    Para los damascos, precalentar el horno a 180 ° con el calor por abajo. Partir los damascos en dos, sacarles el cuesco y poner en una fuente de horno con los trozos de mantequilla. Espolvorear los damascos con azúcar rubia. Hornear por 10 minutos. Si se quiere, se le puede agregar un poco de miel a los damascos.

  5. Para el montaje, poner un disco de masa en la base de un plato, sobre él, una cucharada de creme brulée y luego otro disco de masa. Repetir el proceso. Bañar con un poco de almíbar de naranja y con los damascos asados.