El arte a menudo emerge de los lugares más íntimos y de los momentos de mayor transformación. Hace algunos años, Ana Calquín Almeyda se dedicaba por completo al diseño y la publicidad. Estudió diseño gráfico, trabajó en agencias y desarrolló campañas para distintas marcas. Pero con la maternidad y el nacimiento de sus mellizos todo se transformó. “Me hizo replantearme mis prioridades. Quería hacer algo más mío, más íntimo y personal”, cuenta. Así nació su primer collage, hecho sin expectativas, como una forma de terapia. Lo subió a una cuenta privada de Instagram, lo vieron algunas amigas, luego más personas, y sin buscarlo, su obra empezó a resonar.
Hoy, su trabajo se mueve entre el collage surrealista, la ilustración y el grabado. Cada obra tiene un lenguaje visual propio, con un estilo que Ana describe como “intuitivo, gráfico y estético”, que permite ir descubriendo pequeños detalles a medida que se observan bien.


Su inspiración se ancla profundamente en lo femenino, siendo mujeres las protagonistas de casi todos sus collages. En sus obras mezcla imágenes renacentistas, acuarelas, texturas de época y referencias actuales. “Me inspira mucho lo femenino, los silencios de la maternidad, los objetos heredados o encontrados. La intimidad de esos elementos y lo universal que puede ser al resonar en otros”.
Si bien su proceso nació desde lo digital, con el tiempo ha ido incorporando lo manual y lo físico, generando un diálogo entre ambas técnicas. “El collage me permite construir un lenguaje más espontáneo y emocional. Mi ojo de diseñadora sigue presente en cada composición, en la búsqueda del equilibrio, en la edición visual”.


Aunque el camino independiente tiene sus desafíos, especialmente al conciliar los tiempos de la maternidad con la práctica creativa y la autogestión, Ana ha encontrado un espacio y momento solo para ella. “Con mellizos, los tiempos se hacen nada. Pero he aprendido a confiar en mis procesos y hacer todo a mi ritmo. Mientras siga siendo ‘mi momento terapéutico’, quiero seguir por este camino”.
Las obras de Ana Calquín han estado en ferias como ArtStgo y se encuentran disponibles por encargo. Algunas, como Colibrí, Cartas o Memorias, mezclan delicadeza visual y profundidad técnica, enmarcadas con greca negra, seriadas en papel grabado premium y firmadas con cuño en relieve. Sus ilustraciones no son solo imágenes, sino fragmentos de una historia personal que invitan a mirar lo clásico con ojos nuevos y a descubrir la belleza en el detalle.
Puedes conocer su trabajo en @a_collages o en ferias y exposiciones seleccionadas.