Hace aproximadamente dos años, en un momento de búsqueda personal – y en parte, por accidente – Paulina Maturana dio vida a La Rosa Estudio, su marca. «Venía de muchos años trabajando como diseñadora, ilustradora y luego como directora creativa en una empresa de retail enfocada en decoración y diseño. A fines de 2022 decidí renunciar, con muchas ganas de darle espacio a proyectos personales y creativos que había postergado por mucho tiempo.»
Lo que en un inicio imaginó como una marca de papelería, se transformó en una exploración con cerámica que hoy es la base de su trabajo. Fue un tiempo difícil para ella, ya que había dejado su estabilidad laboral para enfocarse en un proyecto que, a medida que avanzaba, descubrió que no era lo que quería hacer.
«Por suerte, y en paralelo, venía explorando la cerámica desde hacía un tiempo. Había tomado distintas clases, aprendido técnicas como el modelado, el torno, la pintura, todo por curiosear. Aunque en un inicio era solo un hobby, me estaba dando tanta, pero tanta vida, que cuando decidí soltar el proyecto de papelería, la cerámica fue el hilo del que pude tirar. Así, de forma quizás accidental o natural, La Rosa cambió de rumbo del papel a la arcilla«, cuenta.
Hoy, hace elementos utilitarios y decorativos al mismo tiempo, con motivos de sirenas, flores y caballos, los que ilustra a mano con una paleta de colores que, si bien no son suaves, estampan una delicadeza en cada una de las piezas. «Me inspiran muchas cosas. A lo largo de los años he ido recolectando cosas que me gustan, que me emocionan, como momentos o personas que se van quedando guardados en algún lugar de mi inconsciente.»
«También influyen en mis creaciones los recuerdos de mi infancia. Nací y crecí en el norte, en pleno desierto, y más adelante viví en ciudades con mar. Por eso, el desierto y sobre todo el mar están muy presentes en mi imaginario. De ahí vienen las sirenas, por ejemplo. De los recuerdos, también me inspira mi abuela materna: la Bertina. Era alegre, divertida, era sagitario, cocinaba delicioso y tejía a crochet increíblemente hermoso. Tengo una foto de ella joven, arriba de un caballo, que es mi favorita. Por eso a veces ilustro caballos. Le gustaban mucho las flores, y las rosas eran sus favoritas», relata.
«Me atrae lo esotérico, el tarot, la astrología. El misterio, lo que no se ve a simple vista. Y quizás ligado a eso, me inspiran también los procesos que voy viviendo. Soy muy sensible y aunque suene contradictorio, el dolor o el duelo, cuando se saben mover y canalizar, pueden convertirse para mí en un motor creativo.»
Además de crear y vender su trabajo, Paulina lleva un año haciendo clases de modelado y pintura en cerámica gres de manera personalizada – cada grupo cuenta con máximo cinco personas -, entregando un espacio para la experimentación libre de sus alumnas, sin imponer estilos.
«En paralelo, también trabajamos la parte de pintura e ilustración, donde las voy guiando con ejercicios de observación o prácticos, para que puedan desarrollar su propio lenguaje visual. Cada una de mis alumnas tiene la libertad de explorar y construir las piezas que realmente quiere hacer, porque creo que todos tenemos gustos y búsquedas distintas.»
Su trabajo se puede ver en su Instagram @_____larosa en donde también se le puede contactar para participar en sus clases.
