La diseñadora Ann Ramos creó Frágil en 2020, en donde vendía velas hechas a mano en distintos colores pasteles. Con el tiempo, Frágil ha ido evolucionando para transformarse en una marca de objetos en la que priman los tonos pastel, la suavidad de las formas y una cuidada estética que le ha hecho tener una identidad visual fácilmente reconocible. En palabras de Ann, «busco crear piezas de diseño hechas en Chile mezclando técnicas tradicionales para lograr piezas modernas que acompañen a los nuevos adultos contemporáneos».
La nueva propuesta de la marca, La Loza Frágil, es una colección compuesta por cinco piezas de cerámica pensadas para usar en la mesa, que mantienen las formas orgánicas y los colores más representativos de la marca.


«Comencé a trabajar en esta colección en marzo, después de haberme dado todo el verano libre para desconectar de la marca y renovar energía. Cuando volví al taller me picaban las manos por diseñar, y por primera vez quise crear un conjunto de piezas en vez de diseñar piezas sueltas como lo hacía antes. El año pasado había lanzado en noviembre nuestro pequeño plato ovalado y gusto, lo tomé como una señal para hacer más objetos para la mes», cuenta Ann. Después de un largo proceso de tres meses, que contempló de diseñar, modelar en 3D, corregir las piezas, hacer sus moldes, las copias, y pensar en la producción de fotos, esta semana lanzó de manera oficial esta colección.


Para la paleta de colores de estos nuevos objetos, la inspiración llegó de un viaje: «El año pasado fui a Ciudad de México y volví enamorada del azul y verde botella, colores que encontraba por toda la ciudad. En ese momento pensé que quedarían muy bien junto a mis colores pasteles, lo probamos y funcionó. Este año probamos con el marrón, un color que se ve poco en cerámica y gustó mucho. Creo que mezclar colores pasteles con otros más fuertes le da más carácter a la marca«, cuenta Ann.
Sobre si tiene alguna pieza favorita dentro de esta colección, cuenta: «me encantan todas, la verdad no podría lanzar un diseño que no me guste a mi y no quiera tener en mi casa, pero creo que el bowl es mi favorito. Nos costó lograr su diseño y fue el último en entrar a producción, de hecho, casi no llega a estar listo, quizás por eso le tengo tanto cariño.»
Cada una de las piezas se puede encontrar en su sitio web o en el Club de Diseño Latinoamericano.