Viajes

48 horas en San Miguel de Allende, el lugar para los amantes del diseño en México

Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, una vez descubres la preciosa ciudad de San Miguel de Allende ya no hay vuelta atrás: te ha robado el corazón.

Una pequeña ciudad que mantiene intacto su estilo y valores en todo el territorio con sus casas de tamaño y colores similares siguiendo un mismo patrón, consigue conquistar a todo quien decida visitarla. Y tanto es así que en el último tiempo ha crecido considerablemente hasta convertirse en la primera o segunda residencia de muchos extranjeros. Cuando uno se pasea por el centro de la ciudad de San Miguel de Allende cuesta sentirse que es México el país donde se encuentra: nacionalidades de todas partes del mundo deambulan por sus elegantes pero pedradas calles, respirando aire puro y disfrutando de la paz que se desprende en todo rincón. 

San Miguel de Allende se encuentra ubicado al este de Guanajuato, México, y es una pequeña ciudad colonial con arquitectura barroca y con una infinidad de actividades a realizar. Desde incontables galerías de arte, a hoteles de diseño espectaculares, esculturas maravillosas y extraordinarias propuestas gastronómicas. Sin olvidar, su relevancia histórica por su gran rol en la Independencia de México: es el lugar de nacimiento del general Ignacio Allende (de aquí parte del nombre de ella); así como por ser declarada como el primer municipio libre del gobierno de España. 

Plaza principal de San Miguel de Allende. Foto Pexels, Di Arana.

Por ello y por mucho más, San Miguel de Allende es una parada obligatoria cuando se visita México. 48 horas no son suficientes para vivirla al máximo y ver todo lo que ofrece, pero sí son suficientes para hacerse una idea y tener millones de ganas de volver. 

 

Día 1: Llegada y alojamiento

Ubicada aproximadamente a tres horas en coche de Ciudad de México (como mínimo, ya que el tráfico en la ciudad es muy impredecible), se recomienda alquilar un coche e ir de forma autónoma. Lo ideal es salir temprano para evitar las colas y llegar con tiempo para vivir las 48 horas al máximo. 

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Una vez en San Miguel de Allende lo primero es decidir el hotel donde pasar los dos días. Una opción es el Casa de Sierra Nevada, un hotel histórico en el corazón de la ciudad. Y más que hablar de hotel, deberíamos hablar de casonas, ya que la propiedad está formada por 37 habitaciones distribuidas en seis casas históricas. Cada una de ellas es una auténtica obra de arte, con materiales recuperados y detalles pensados al milímetro. El lugar perfecto para quedarse y vivir el pueblo de la forma más auténtica. 

 

Puesta en marcha

Dejadas las maletas, es hora de descubrir la ciudad, pero por supuesto, antes es necesaria una buena dosis de café y algo más. Para partir sin salir del hotel, el restorán Andanza es una gran opción, con un menú mexicano con un toque contemporáneo para el desayuno, el almuerzo y la comida. Las imaginativas creaciones de su chef son a base de ingredientes locales y frescos. Y todo ocurre en un ambiente de estilo colonial con mesas de madera y sillones. No falta detalle alguno. 

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Con las energías a tope, toca ir a vivir el pueblo y para hacerlo no hay como perderse en sus callejones y descubrir sus plazas, iglesias, galerías de arte y boutiques de diseño. Sus calles empedradas, alineadas entre edificios coloniales muy bien preservados, transportan a otra época y dejan ver su importante pasado. ¿La principal? Calle Cuna, rodeada de casas virreinales de uno y dos pisos con fachadas pintadas de colores rojos, amarillos y naranjas, es ideal para empezar la visita por la villa. 

Parada obligatoria es, por supuesto, la Parroquia San Miguel Arcángel, todo un emblema de la ciudad. Su fachada neogótica fue diseñada por Zeferino Gutiérrez, arquitecto indígena y autodidacta, quien reinterpretó de una manera muy personal y creativa las iglesias góticas europeas. 

Unos pasos más adelante se encuentran dos de sus grandes templos: el Templo de la Tercera Orden y el Templo de San Francisco, además de la plaza principal. Es necesario recordar que los mexicanos son católicos practicantes la mayoría, por eso hay tantos templos, iglesias y parroquias. 

The Restaurant en San Miguel de Allende.

Seguramente ya será momento de recargar pilas de nuevo y una opción excelente para comer es The Restaurant. Cálido ambiente colonial con un precioso patio marroquí del siglo XVIII bañado por el sol y un elegante salón comedor. La propuesta gastronómica ha sido diseñada por el chef Donnie Masterton. Toda una referencia para paladares que aprecian la cocina de autor con acento mexicano y producto local

 

Por la tarde

Estómago lleno, es momento de terminar las visitas básicas de la ciudad, como el Templo de la Inmaculada Concepción, la Biblioteca Municipal y el Museo Casa San Miguel de Allende. En el museo se puede conocer la vida del general Ignacio de Allende, uno de los principales héroes de la Independencia mexicana. Y todo ocurre en un histórico edificio de 1760 donde actualmente se alberga una valiosa colección de piezas de la época de la Independencia así como otros objetos que permiten descubrir cómo era la vida social y cultural de San Miguel de Allende de aquella época.

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Vistos todos ellos, toca dejarse perder por las calles y entrar en las infinitas tiendas de artesanías y galerías de arte que se encuentran en toda la villa. Pueden pasar horas y horas sin llegar a verlas todas y contemplar sus propuestas. Pero a medida que va cayendo la tarde y el atardecer está a la vuelta de la esquina toca ir a buscar la terraza perfecta para disfrutarlo al máximo. 

San Miguel de Allende cuenta con una infinidad de terrazas ideales para tener vistas espectaculares del atardecer y degustar deliciosos cócteles u otras bebidas. En el mismo hotel Casa de Sierra Nevada está el Tunki Rooftop By Handshake, un lugar que debe su nombre al ave nacional de Perú, un creativo bar de cócteles en un impresionante rooftop con vistas a toda la villa. Y de cócteles a pequeños platos para cenar inspirados en las recetas de las regiones costeras, selváticas y montañosas de los Andes peruanos. La mejor forma de terminar el primer día en la ciudad. 

 

Día 2: Café de especialidad y más visitas 

Lavanda Café se ha convertido en todo un emblema de la ciudad, con su delicioso café de especialidad acompañado de tostadas y sus famosos dulces. Después de esa primera parada, es hora de seguir la visita por San Miguel de Allende y aprovechar el último día al máximo. Y no hay mejor plan que empezar el día deambulando por el Parque Benito Juarez, diseñado a principios del siglo XX, y uno de los pulmones verdes más grandes de la ciudad. Este parque de estilo francés es perfecto para practicar deportes en sus canchas de baloncesto, hacer un picnic en sus zonas verdes y pasear por sus senderos que pasan por bonitas fuentes, estanques, monumentos y puentes antiguos.

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A pocos pasos del parque se encuentra el callejón del Chorro un agradable rincón donde se encontró un manantial que originó la fundación de la villa y posteriormente, en el siglo XVIII, la poderosa familia local de la Canal mandó construir unos baños, una capilla primitiva y unos preciosos lavaderos que todavía hoy siguen funcionando. Y al final del callejón se encuentra El Mirador. Desde él se puede disfrutar de una vista panorámica completa de toda la ciudad, en especial del centro histórico del que sobresalen las torres y cúpulas de las iglesias, además del entorno verde del estado de Guanajuato.

 

Comida y últimas visitas en San Miguel de Allende 

Llegado este momento del día toca recargar las pilas y un lugar para hacerlo es Áperi. Un restaurante de cocina abierta ubicado dentro de Dos Casas Hotel & Spa con una cocina a base de productos locales de agricultores de la región y de temporada. Deliciosos platos inspirados en la gastronomía molecular diseñados por el Chef Matteo Salas que combinan a la perfección con su oferta de vinos.

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Siguiente parada: el Mercado de Artesanías. Un lugar repleto de puestos con infinidad de objetos elaborados por artesanos locales en materiales como latón, madera, vidrio, orfebrería y cerámica. Aquí se pueden encontrar las típicas catrinas mexicanas. El momento perfecto para comprar souvenirs para la vuelta a casa. Recomendado también visitar La Fábrica la Aurora, la galería fotográfica de Ted Davis y la tienda de moda artesana Recreo San Miguel

Y ya solo queda dirigirse a otra maravillosa terraza para ver el atardecer y terminar las 48 horas en San Miguel de Allende por todo lo alto. 

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