Funciones inolvidables

Aunque llame la atención y sorprenda, ya se va haciendo costumbre que la temporada del teatro de ópera más legendario de Estados Unidos y uno de los más importantes del mundo, el Metropolitan Opera House (MET) de Nueva York, ofrezca como ingrediente extra de incertidumbre el verse amenazado por diversos factores. El año pasado en ED comentamos que la inauguración del ciclo 2013-2014 corrió el riesgo de ser opacada a raíz de una campaña que incluyó manifestaciones callejeras e incluso gritos de protesta al interior de la sala, y que buscaba que los artistas del montaje de la ópera rusa Eugenio Onegin manifestaran su repudio a la represión a los gays que impulsó el gobierno de Putin. Afortunadamente no sólo esa temporada pudo seguir su curso, sino además se realizaron sin problemas las ya tradicionales transmisiones en directo en HD desde el MET, que se iniciaron en 2006 y llegan cada año a todo el mundo. En nuestro país pueden verse desde 2009 en el Teatro Nescafé de las Artes, convertidas en casi un deber para los entusiastas operáticos locales.

Este año las complicaciones para el MET estuvieron a punto de ser incluso irreversibles, y por partida doble: primero, por el grave y delicado conflicto sindical que enfrentó a los artistas y trabajadores del teatro con su director, Peter Gelb, extendiéndose desde junio y con la severa posibilidad de que se cancelara la temporada por primera vez desde 1980. Por suerte, el conflicto logró resolverse en agosto, lo que permitió la inauguración en septiembre de la temporada 2014-2015, con la nueva producción de Las bodas de Fígaro, de Mozart.

Pero otra dificultad había caldeado los ánimos los últimos meses: la polémica por el debut en el teatro de La muerte de Klinghoffer, ópera del reputado compositor estadounidense John Adams, estrenada en 1991, inspirada en el recordado secuestro en 1985 por parte del Frente por la Liberación de Palestina, del crucero Achille Lauro, en el que el ciudadano judío Leon Klinghoffer, en silla de ruedas, fue asesinado y arrojado al mar. Desde su estreno, esta obra ha sido acusada por muchos de ser antisemita, incluyendo los descendientes de Klinghoffer, por lo que cuando se supo que Gelb había decidido no sólo estrenarla en el MET el 20 de octubre, sino además incluirla entre los títulos que se transmitirían en HD a todo el mundo, diversas organizaciones se encargaron de realizar manifestaciones públicas y protestas en redes sociales, exigiendo la cancelación del estreno. Y la presión obtuvo algunos resultados, porque el MET decidió no transmitir la ópera en noviembre como estaba planeado, reemplazándola por la mucho más inofensiva y convencional El barbero de Sevilla, aunque mantuvo el estreno, el que se llevaría a cabo al cierre de esta edición en medio de crecientes protestas de diversos sectores.

o bueno es que a pesar de los obstáculos, las transmisiones de esta temporada han avanzado bien en sus primeras funciones, empezando el pasado 11 de octubre con un Macbeth de Verdi producida no del todo satisfactoriamente por Adrian Noble, quien la ambientó en el siglo XX, y en la que la soprano estrella de la actualidad, la rusa Anna Netrebko, se ganó entusiastas ovaciones como Lady Macbeth; y el sábado siguiente fue el turno de la nueva puesta en escena de Las bodas de Fígaro a cargo de Richard Eyre, quien también cambió de época la historia original, de la España de fines del siglo XVIII a la de 1930.

Las ocho sesiones restantes, que se extenderán hasta fines de abril, incluyen otros cuatro montajes que ya se han conocido previamente, partiendo con otra propuesta de Richard Eyre, Carmen, que se transmitirá el 1 de noviembre; ésta ya dejó un buen recuerdo cuando la vimos a principios de 2010, con una deslumbrante Elina Garanca y Roberto Alagna como protagonistas. Esta vez tendrá un sabor más eslavo, con la georgiana Anita Rachvelishvili –quien el año pasado se lució en El príncipe Igor y fue una simpática entrevistadora en el Macbeth de octubre–, el tenor letón Aleksandrs Antonenko y el bajo ruso Ildar Abdrazakov. El sábado 22 de ese mismo mes regresa la juguetona producción de Bartlett Sher (ya transmitida en 2007, antes de que el Teatro Nescafé de las Artes iniciara estas funciones) para El barbero de Sevilla de Rossini, ahora con la mezzosoprano Isabel Leonard, el notable tenor Lawrence Brownlee y el barítono Christopher Maltman como Fígaro.

Las otras dos puestas en escena ya conocidas que estarán de vuelta serán la entrañable comedia Los maestros cantores de Núremberg, de Wagner, que no se presenta ahí desde 2007, y que llegará con un elenco dirigido por el director artístico del MET durante más de 25 años, James Levine, todo un apasionado de Wagner y quien de seguro logrará que la transmisión de ¡seis horas! valga la pena. Y a fines de enero regresarán Los cuentos de Hoffmann de Offenbach en la versión de Bartlett Sher ya vista en diciembre de 2009, y que a nuestro parecer no logró funcionar del todo; quizás ahora tiene mejor suerte con un elenco encabezado por el tenor italiano Vittorio Grigolo y el gran barítono estadounidense Thomas Hampson encarnando a los cuatro villanos que le hacen la vida imposible al protagonista, con la batuta del maestro Yves Abel, quien el año pasado debutara en Chile dirigiendo Romeo y Julieta en el Teatro Municipal de Santiago.
El resto de la temporada ofrecerá sólo nuevas producciones para seis títulos menos frecuentes, repartidos en cuatro sesiones, ya que habrá dos programas dobles. El 17 de enero una de las grandes estrellas que el MET nunca deja de lucir, la soprano estadounidense Renée Fleming protagonizará la encantadora y melancólica opereta ambientada en París La viuda alegre de Lehár, en una nueva propuesta escénica a cargo de un prestigioso equipo teatral venido de Broadway y encabezado por la directora y coreógrafa Susan Stroman. Otra diva de la actualidad, la ya mencionada Netrebko, no conforme con las ovaciones en Macbeth, protagonizará junto al espléndido tenor polaco Piotr Beczala la hermosa ópera Iolanta de Tchaikovsky el 14 de febrero, en un interesante programa doble con el notable drama psicológico y de suspenso El castillo de Barbazul, de Bartók, en el que actuarán Nadja Michael y Mikhail Petrenko. En ambos títulos, la dirección orquestal estará a cargo de Valery Gergiev, y el montaje, inspirado en clásicos del cine negro de los años 40, será de Mariusz Trelinski.

Pero como era de imaginar, el repertorio italiano no podía tener una presencia tan exigua, y se hará presente con dos de las veladas más esperadas del año en el MET: primero, el 14 de marzo, el estreno en ese teatro de una de las óperas más bellas de Rossini, La donna del lago, en una producción de Paul Curran y con un elenco imbatible en este repertorio, liderado por otras dos estrellas de la actualidad que suelen causar fanatismo en el escenario neoyorquino, la mezzosoprano Joyce DiDonato –quien derrochó nuevamente encanto y talento en agosto pasado al actuar por segunda vez en el Municipal de Santiago– y el tenor peruano Juan Diego Flórez. Y por último, el 25 de abril, reemplazando a la clásica puesta en escena de Zeffirelli que se presentaba desde 1970, dos de los clásicos italianos más queridos por el público, las dramáticas y apasionadas Cavalleria rusticana y Pagliacci, regresarán en un montaje a cargo del cotizado Sir David McVicar, con dirección orquestal de Fabio Luisi y un estelar reparto encabezado por el tenor argentino Marcelo Alvarez en los roles protagónicos de ambas óperas, junto a las sopranos Eva-Maria Westbroek y Patricia Racette. ¡Simplemente imperdible!