Ray Anderson, el fundador de Interface, fue un adelantado para la época. En 1974 tomó la decisión de que su empresa de alfombras modulares sería sustentable para el año 2020. Lo que parecía un sueño terminó convirtiéndose en una realidad mucho antes de lo pensado: en 1995 ya había medido su impacto climático en todos los procesos de producción y venta; cambió la forma de hacer casi todo y, sin enfocarse en los costos, logró un producto 100% reciclable. A dos años de su muerte, su figura sigue inspirando a quienes hoy integran la compañía, que esperan convertirla en una empresa de cero emisión.
Eso que resulta tan atractivo para los green consumers –comprar no sólo por lo que ven, sino también por lo que no ven– lo ha sido también para el común de la gente, que ha valorado la permanente innovación de esta fábrica, haciendo de ella el líder en el mercado mundial. Las razones son muchas: sus productos no usan pegamento, los módulos se pueden lavar y reutilizar y contienen un preservativo no tóxico patentado por ellos mismos que impide la generación de bacterias durante toda su vida útil.
Una de las colecciones 2013-2014, llamada The Net Effect, fue recientemente presentada en la Feria NEOCON, la exposición de interiorismo más importante de Estados Unidos. Inspirada en el mar, es fabricada con antiguas redes que utilizan comunidades de pescadores en Filipinas y que por años fueron tiradas al mar como desechos. Esta colección tiene como protagonista la diferenciación de texturas que asemejan la marea y otra línea que utiliza plaquetas mas grandes que pueden ser combinadas con otros tamaños y diseños de la temporada, dejando libertad absoluta para crear una alfombra única. David Oakey, diseñador y creador de esta línea, se basó en dos conceptos bastante incipientes: la biomimesis, que invita a diseñar y planificar sobre la base de lo que se ve en la naturaleza, y la biofilia, que llama a crear espacios que hagan a uno sentir como en la misma naturaleza. Las alfombras de Interface, en este caso, hacen sentir que uno está navegando en alta mar.
Kalpakian, Avenida Vitacura 2945, local 104, Las Condes.