La fiebre del arte Revista ED

Arte

Fiebre por el arte

Art Basel Miami Beach es una fiesta cultural non stop. No sólo porque durante una semana todo gira en torno al arte, sino porque se respira en cada una de sus calles esa necesidad inherente al ser humano de exhibir y apreciar arte y, en este caso, de hacerlo en grande y con estilo.

«Puede que el arte no sirva para nada, pero es imposible vivir sin él”, dijo alguna vez un filósofo, y no hay cita que se aplique mejor a la semana del 1 al 7 de diciembre pasados, cuando se realizó la versión número 13 de Art Basel Miami Beach. El epicentro fue el Convention Center, un conocido espacio que está rodeado de las tradicionales construcciones Art Deco que han convertido a esta ciudad en un icono mundial reconocidamente bohemio y cool. El resto de las locaciones se distribuyen en el Downtown y Midtown, barrios muy de moda donde no sólo se han establecido galerías de arte emergente, sino sectores orientados por completo a lo fashion, donde están las marcas de lujo más reconocidas. Incluso la ciudad de Fort Lauderdale ha empezado a desarrollar muestras culturales en un intento por no quedar ausente de esta movida.

Todos quieren partir primero con sus eventos, descollar y ganar adeptos. La cosa no es menor y la cantidad de ferias satélites que se realizan al mismo tiempo que Art Basel son numerosas: Untitled, Scope, Pinta, Art Project, Miami Design y muchas otras. Cada una de estas ferias intenta captar la mayor cantidad de clientes, en este caso coleccionistas, quienes ávidos por encontrar al próximo Damien Hirst o Ai Wei Wei, dejan los pies en estos templos culturales. También curadores, críticos, directores de museos y galerías de arte se dan cita cada día para reconocer a los próximos exponentes de los hits culturales y mediáticos universales, como alguna vez lo fue Jeff Koons. Esta tarea no es fácil, porque con tanta creatividad y piezas de gran calidad y factura uno se pregunta qué trascenderá y pasará a convertirse en un artista que valga la cuantiosa cantidad que se paga por él, porque hay que reconocer que los valores en que se transan estas obras pueden llegar a varios “palos verdes”.

Por supuesto hay trabajos y ferias menores, y es bueno agradecer el esfuerzo de pequeñas galerías e incipientes ferias.

Sólo en Art Basel se presentan más de 300 galerías, principalmente americanas, latinas y europeas. Trabajos de grandes maestros y nuevos talentos inundan los pasillos de este escenario, donde no solo se ven obras de arte, sino que se convierte en una pasarela en la que todos quieren destacar y no pasar desapercibidos. Trabajos de Marina Abramovic, Anish Kapoor o el chileno Ivan Navarro, conviven con Channel, Carolina Herrera, Louis Vuitton y Ferragamo. Asimismo, se pueden ver mujeres y hombres con los más exóticos atuendos. Por supuesto que también hay discreción, de esa que lleva años, pero en la ciudad del “mármol” (de mar a mall) la idea es no pasar piola y pasarlo bien.

Mi experiencia fue excelente. No paré de visitar ferias y fiestas que se generan por doquier, muchas veces en serio, otras como excusa para mostrar un hotel o presentar un producto. Como sea, todas incorporan a algún artista. Entre lo más interesante que vi en esta versión fue lo que se vio en el nuevo Pérez Museum, ubicado en el centro de la ciudad y con unas vistas e instalaciones privilegiadas. Qué decir de la ya tradicional exposición que se realiza en el Palacio Vizcaya, donde obras de corte contemporáneo se mezclan con la maravillosa construcción de este lugar. Para finalizar, el brunch que realiza el Fairchild Tropical Garden, que en esta oportunidad fue acompañado del artista Chihuli, quien interviene con sus impresionantes esculturas de cristal sobre paradisíacos paisajes.

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