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Revisitamos casas emblemáticas veinte años después

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Editorial

En diciembre del año 95, en el número 5 de revista ED, el director escribía en esta misma página que como regalo de Navidad le mostraba a los lectores una de las casas más espectaculares de Santiago y con una de las vistas más privilegiadas de la ciudad. “Algo fantástico”, decía Ignacio Pérez-Cotapos, “ya que por una parte es primera vez que abren las puertas de su casa, y por otra no sólo se trata de una gran casa y nada más, sino que detrás de ella figuran equipos de arquitectos, paisajistas y decoradores de primer nivel”. Han pasado exactamente 23 años y esta casa, diseñada por Christian De Groote, sigue siendo emblemática y tan sorprendente como en los 90. Su decoración está casi intacta, porque más que una decoración es una colección de grandes gobelinos, biombos, herencias familiares, obras de arte y detalles arquitectónicos, como la puerta de entrada tallada, que por supuesto son objetos que se conservan de por vida. Su panorámica no es la misma, hoy de noche vemos una ciudad que ha crecido y se ha modernizado. La fotografía digital además nos permite volver a mostrarles todo su esplendor, pero en alta definición.

Al igual que en diciembre del año pasado, volvimos a mirar atrás en nuestro archivo y a revisar nuestra historia, para mostrarles el paso del tiempo en casas que publicamos en los primeros años de ED y que hoy siguen habitando sus mismos dueños. El fin de año tiene que ver con la nostalgia y con los recuerdos…

De estilo inglés y construida a mediados del siglo pasado, quedan pocas casas en Santiago como la que le mostramos en estas páginas. Muchas las han botado y la mayoría están transformadas en sedes de universidades, oficinas o embajadas. Aquí en cambio han pasado cuatro generaciones y 21 años desde que la fotografiamos, pero su dueña sigue conservando su encanto para mezclar estilos, tapices y colores, con una forma muy única y personal, que no tiene que ver con la moda.

La casa de la decoradora Paula Gutiérrez siempre fue vanguardista y muy distinta. En agosto del 98 fue publicada bajo el tema Decoración 2000, como un lugar que tenía visión de futuro, más minimalista y con un buen equilibrio entre decoración y arquitectura, también una obra icono de Christian De Groote. Con el tiempo fueron cambiando algunos muebles y tapices, sólo detalles, nunca perdió su modernidad.

También nos fuimos a la playa para fotografiar la casa de una decoradora consagrada que ha redecorado su casa tres veces desde que apareció en ED el 96. Sacó las cortinas de la mayoría de las ventanas para apreciar aún más la espectacular vista, le dio más importancia al arte contemporáneo y eligió tener menos muebles. Lo más sorprendente, el paso del tiempo en árboles, enredaderas y plantas.

Las buenas casas contemporáneas no son comparables con las de antes, ni para bien ni para mal, simplemente son distintas, es otra construcción, otras terminaciones y metodología. Muchas cosas que antes se hacían a mano y una a una, como el mosaico o los pisos de madera, hoy se han simplificado como resultado de los avances tecnológicos. También ha cambiado el estilo de vida y la manera de habitar los espacios. Así y todo, las casas que revisitamos en esta edición siempre fueron excepcionales… Y lo siguen siendo.

¡Esperamos que vuelvan a ser un lindo regalo de Navidad! Nos vemos el 2019 con un número de verano pensado para que se lo lleven a las vacaciones y partan un nuevo año junto a nosotros.

 

Magdalena Bock.
Directora Revista ED.