Editorial
Una de las casas que publicamos en este número perteneció a la escritora Ester Huneeus (Marcela Paz) y su actual dueña, que vive ahí hace 30 años, decidió conservarla intacta desde el día que la compró. Durante la entrevista le contó a Juan José Richards, editor de ED, que los descendientes de la autora de Papelucho le pidieron ver la casa hace poco y se alegraron de volver a encontrarse con sus mismos recuerdos. Esta edición tiene que ver justamente con eso, con la memoria y con los recuerdos, con esa nostalgia que inevitablemente nos da terminar un año y comenzar otro. ED Revisited, porque volvimos a fotografiar cuatro casas que mostramos hace más de 15 años, en los primeros números de la revista.
Revisar nuestro archivo es siempre un trabajo largo, uno se va quedando pegado en las páginas, recordando anécdotas y cómo fueron esos primeros años. Es divertido porque conversando con las personas que nos volvieron a prestar sus casas nos dimos cuenta que este ejercicio es contagioso y que les produjo a ellos mismos algo similar: también los llevó al pasado, a la familia que formaron, a las muchas vivencias y decisiones que fueron tomando para ir dándole vida a sus casas, a valorar el crecimiento de su jardín, y en otros casos, a sorprenderse con el volumen de algunas colecciones que el año ‘97 estaban formándose y que hoy son referentes mundiales, como la de los pájaros, muebles de rattan y platos de mayólica del dueño de la espectacular casa en Cachagua.
No fue fácil tampoco seleccionar las casas que queríamos volver a fotografiar. Nos propusimos que hubieran pasado más de 20 años desde su última publicación, que siguieran viviendo los mismos dueños, que tuvieran el encanto o peso suficiente que ameritara volver a mostrarlas y que algo hubiera cambiado en ellas. Comparando el antes y el después nos dimos cuenta que, al igual que en las personas, el tiempo nunca pasa en vano y su huella es generalmente muy positiva. Lo mismo podemos decir de ED, también hemos ido cambiando, pasamos de la fotografía análoga a la digital, es otro el enfoque que le damos a nuestros reportajes, otra la diagramación, la tipografía y el logo, pero la esencia es la misma.
Imposible terminar un nuevo año sin agradecerles a nuestros lectores y avisadores su fidelidad. Suena a frase hecha, pero no lo es, porque de verdad que tener una revista de este nivel en Chile, en la que es un placer trabajar a diario, es exclusivamente gracias a cada uno de ustedes. ¡Feliz Navidad! Nos vemos en enero con un lindo y fresco número de verano.