Editorial
Si hay algo que me costo en la vida fue ser mamá. Después de nueve años poniendo a prueba la fe, la ciencia y la medicina alternativa; nueve meses en cama, muchos kilos de chocolates y frascos de Nutella, llegó mi Nina, con su pelo dorado y una dulzura que hasta hoy me tortura. Tres años después nació la Gracia, con unos ojos transparentes y una intensidad que me energiza y envejece simultáneamente. Siempre les cuento lo mucho que las busqué y, en serio, no pasan más de un par de días sin que les agradezca que me hayan elegido como su mamá… ¡Han habido momentos en que la Nina me queda mirando, no muy convencida de que la chica haya elegido bien! Después la agarra a besos, mientras la otra grita y hace como que no quiere nada…
También agradezco ser hija de mi mamá. Sinceramente creo que no hay mujer que admire más en este mundo. Fuerte, aterrizada, muy correcta y de un apoyo ilimitado. Este año celebró su cumpleaños yo creo que por primera vez en su vida. Setenta años, y me sorprendió que el grueso de los invitados eran mujeres, muchas de su edad, cada una con su vida ya hecha, muy independientes y bien paradas. Cuánto hemos leído de que the revolution is female, hoy lo vemos estampado en poleras, en portadas de diarios y revistas y en las redes sociales, pero este es un fenómeno que ya tiene varias generaciones y que muchas han ido viviendo solas y en silencio, sin mayores aspavientos ni Instagram Stories. Me saco el sombrero, en especial, ante esas mujeres, porque lo hicieron en una época menos empática y en un país hecho para las parejas o para los hombres.
Esta edición está dedicada a la mujer, pero si nos hubiéramos propuesto reunir a un grupo tan distinto y con más personalidad en un mismo número, no lo hubiéramos logrado jamás: una bloguera que ha recorrido el mundo “con chupete y mochila” en nuestra sección Itinerario; dos sudamericanas que ganaron los premios a “Mejor arquitecta del año” y “Arquitectura emergente” de las revistas inglesas The Architectural Review y The Architects’ Journal; una mamá que nos preparó sus mejores recetas el día de su cumpleaños, entre medio de mamaderas y cascabeles; la casa tipo safari de una joven pareja en Sudáfrica, en un valle deshabitado, pero con la conectividad del mejor wifi; el nuevo departamento de Tere Cerveró… Y aquí hay que hacer un alto. Estamos hablando de una mujer atípica, dueña de una de las primeras y más emblemáticas tiendas de Alonso de Córdova y un estilo tan vibrante como todo lo que sale de su “intuición”. Para ella nada es menos que “mundial”, “adorable” o simplemente, “espectacular”, como titulamos su reportaje.
También fotografiamos la casa de campo de una familia muy grande en un valle plantado de frutales, con todo el encanto de su dueña, a quien nunca le gusta ser nombrada ni figurar en nada; y todo el eclecticismo de Cati Baselli en su casa en medio de un maravilloso parque otoñal.
La periodista Francisca Maturana se unió a nuestro equipo el año pasado, venía de trabajar en el área internacional de El Mercurio, y aquí siguió conectada al mundo, a través de sus reportajes a los interioristas más importantes. En esta edición, India Mahdavi y su color rosado exótico. No es casualidad que la hayamos elegido de portada. Durante algunos años muchas mujeres evitaron el rosado, como una forma de romper con el cliché de lo femenino, delicado y suave. Hoy volvió con fuerza en moda y decoración, porque finalmente qué importa el color, ya no hay nada que demostrar, y ahí está la verdadera revolución…
Magdalena Bock, Directora.
magdalenabock@ed.cl