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Arquitectura y Diseño

Al son de Radic

No cualquiera diseña el pabellón de la Serpentine Gallery, una exposición que reúne las últimas tendencias del arte, la arquitectura y el diseño a nivel mundial. Este año, el chileno Smiljan Radic fue el elegido.

En los meses de verano del hemisferio norte, los jardines del Palacio Kensington de Londres albergan al pabellón de la Serpentine Gallery. Con 44 años de historia, la galería es reconocida por sus exhibiciones de arte, arquitectura y diseño contemporáneo. Cada año, un comité de expertos selecciona a un reconocido arquitecto para construir una estructura temporal –que permanece desde junio a octubre– en donde se llevan a cabo diversas actividades culturales. Un panorama imperdible para los ingleses y turistas, que este año tiene a Chile como protagonista principal.

Los pabellones han estado a cargo de grandes figuras de la arquitectura, como Toyo Ito, Oscar Niemeyer, Sou Fujimoto o Frank Gehry, y este año fue el turno del chileno Smiljan Radic. “En Chile está ocurriendo una explosión arquitectónica en estos momentos y Smiljan es uno de los arquitectos más interesantes que trabajan ahí. Como muestra en sus proyectos anteriores, Smiljan adapta brillantemente su estilo y el uso de los materiales a cualquier entorno”, comenta Julia Peyton-Jones, directora de la Serpentine Gallery. El carácter extravagante y primitivo de su trabajo hizo que el chileno fuera invitado a participar. La visibilidad mundial que ha alcanzado el nombre de Radic contrasta con el bajo perfil que siempre ha querido mantener.

Su trabajo revive la tradición de los follies, pabellones que se hacían en los parques ingleses entre finales del siglo XVI y principios del siglo XIX. El arquitecto quiso retomar la extravagancia de estos lugares para crear una estructura que estuviera fuera del imaginario colectivo. El diseño está basado en una maqueta de papel maché que Radic hizo hace cuatro años y que está inspirada en el castillo de El gigante egoísta, cuento de Oscar Wilde.

De lejos, el pabellón parece una enorme concha posada sobre rocas. Como es propio del estilo de Radic, la obra combina la solidez de los elementos rústicos –en este caso la piedra– con la sutileza de una geometría poco común. La estructura cilíndrica se eleva sobre un terreno irregular y está organizada alrededor de un espacio abierto y vacío, lo que genera una sensación de inestabilidad al recorrerlo. Hay tramos en los que las paredes se interrumpen como enormes ventanales que dan hacia el exterior, lo que mantiene una constante conexión con la naturaleza. Es como estar dentro y fuera a la vez.

El pabellón tiene una superficie de 514 metros cuadrados y está hecho de fibra de vidrio, trabajada de manera cruda y primitiva. Lo traslúcido del material le da una apariencia frágil y ligera, como si se tratara de una cáscara delgada que en cualquier momento se va a romper. Cuando el sol se esconde, su luz cálida y tenue lo hace parecer una gran lámpara que ilumina el Hyde Park.

Los viernes por la noche, este espacio multiuso –que de día funciona como un café– se adapta para dar lugar a las Park Nights, actividades culturales que reúnen a expositores del arte, la poesía, la música, el cine y la literatura. La presencia nacional también destaca en esta exclusiva agenda de panoramas: Of Pirates and Disapperarances fue una presentación en la que se rindió homenaje al cineasta Raúl Ruiz.

Dicen que el pabellón de Smiljan Radic podría convertirse en uno de los más visitados en la historia de la Serpentine Gallery, superando las 300 mil visitas que tuvo el de Sou Fujimoto. Definitivamente, éxito total.

  • El pabellón está hecho de fibra de vidrio y fue trabajado de manera cruda y primitiva.

  • Al estar instalada sobre piedras, la estrcutura tiene cierta fragilidad. Caminar por ella da la sensación de estar flotando.

  • La construcción del pabellón estuvo a cargo de las empresas Stage One y Aecom.

  • La estructura se caracteriza por su ligereza y fragilidad. De noche parece una enorme lámpara que ilumina los jardines del Palacio Kensington.

  • Las paredes no son continuas, de esa manera hay un contacto permanente con lo que ocurre fuera del pabellón.

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