El diseño de autor en arquitectura es para Cazú Zegers (65) comparable con la alta costura: ofrece posibilidades preciosas e increíbles, pero es cada vez menos accesible a las personas. Y el objetivo actual de la renombrada arquitecta es precisamente democratizar la buena arquitectura, esa que mejora la calidad de vida y de los espacios, generando un ciclo que sigue un compás más pausado. 

Es una reflexión que ha estado presente desde siempre en la carrera de Zegers, acerca del lazo entre individuo y territorio y cómo lograr lo que ella llama una “experiencia territorial”: habitar un espacio de manera sutil a través de una arquitectura discreta, que suma al paisaje en lugar de imponerse sobre este. 

Así fue decantando lo que presenta hoy: Leve, una idea (y una intuición) presentes en la mente de Zegers desde que comenzó como arquitecta pero que ahora, en una etapa más madura de su trayectoria, tiene por fin nombre y forma. 

“Leve permite una intimidad con el territorio. No es de esos proyectos que tienen todo, entonces no necesitas salir de la casa, sino que hay una relación íntima, se da una experiencia territorial gracias a esta manera de crear arquitectura de manera más leve”, explica durante la entrevista.

¿Cómo surge la idea detrás de Leve?

“Creo que es parte de mi esencia como arquitecta, de hecho diría que todas mis primeras obras son categoría Leve. Yo inventé una modalidad que las llamé “unidades de conquista”; me pregunté cuál era la unidad mínima para conquistar un territorio, cómo habitarlo de manera bella, porque aunque sea una construcción leve sí tiene calidad arquitectónica. 

Leve tiene que ver con cómo habitamos en los tiempos contemporáneos, cómo se habita en Chile, cuál es la relación territorial, cómo se construye desde la palabra poética y todo lo que ha acompañado mi trayectoria como arquitecta”. 

Una de las tiny houses que ha hecho la arquitecta.

¿Y cómo se habita hoy en Chile? 

“Estamos conquistando territorios. Hace 30 años atrás había muchos más espacios sin tocar donde ahora se está construyendo y en general veo mucha desconexión con la potencialidad que tiene este país, que es su paisaje y su territorio… Uno dice “¿pero por qué construyeron esto aquí?”

Hay un filósofo y biólogo chileno que se llama Ricardo Rossi, él dice que nos desarrollamos en un cara a cara con el territorio donde nacemos, por eso uno siempre tiene nostalgia de dónde vivió cuando niño, porque eso conforma tu ser. De alguna manera, nuestro ser es parte de este territorio, es fundamental esa conexión para entender quiénes somos y qué país queremos construir”. 

Y volviendo al cómo se habita, ¿qué ha cambiado y cómo Leve responde a eso? 

“Hay toda una generación de gente joven que está decidiendo irse de la ciudad para volver a la naturaleza y hacer otro tipo de vida. Yo lo llamo “colonización 2.0”. 

Leve es una respuesta a esa búsqueda y tiene que ver con cómo se van estableciendo vínculos precisamente porque no tienes una gran infraestructura. Entonces todas las partes del habitar salen al territorio y se van vinculando con espacios intermedios y pasan cosas muy interesantes, porque aparece toda una forma de estar en un lugar”. 

Ahora aterricemos Leve. ¿Cómo es la metodología? Llega un cliente, conversa contigo y ahí ¿qué pasa, cómo sigue el proceso?

“En general tiene que ver con el tamaño de las casas (son alrededor de 100, 150 metros cuadrados, pueden ser incluso de 20) y con presupuestos más leves también, entonces generas estrategias de diseño con prefabricación que te permiten abaratar costos, por ejemplo haciendo menos planos o utilizando otros detalles constructivos, como las puertas invisibles para tener planos de muros o trabajos en madera donde se usan procesos industrializados combinados con otros más artesanales. Esa es la modalidad de Leve”.

RCM + Zegers

Y dentro de la categoría Leve están las tiny houses, que es donde entra la alianza con RCM Modular.

“Sí, y son cien. Son seriadas, como los grabados que van por ejemplo del 1 al 100 y después no hay más. Son máximo cien de cada uno de los módulos que están diseñados ahora”. 

Cazú Zegers Arquitectura se asoció con RCM Modular para lanzar dos tiny houses diseñadas por la arquitecta y producidas por la empresa: la primera (módulo A), con una superficie total de 37,64 metros cuadrados, y la segunda (módulo B) con una superficie total de 69,02 metros cuadrados. Esta última ha sido nominada dos veces durante 2024 como obra destacada en el mundo y en Latinoamérica por Archdaily.

Ambos módulos pueden ser emplazados en todas las regiones del país. Y como mencionó Zegers, son sólo 100 unidades de cada módulo, configurándose un producto de autor limitado y con sello de exclusividad

“¡Ay, nuestro libro maravilloso!”

Así responde Cazú sobre su tercer libro. Le estalla una sonrisa en la cara y comienza a contar cómo se gestó este, su primer libro en inglés: fue Philip Jodidio, su amigo y editor de Taschen, quien le propuso lanzarse con un proyecto de esta escala.

Arquitectura en territorios poéticos será lanzado en octubre de este año, primero en Nueva York, en la casa matriz de Rizzoli (hasta donde viajará su autora gracias a un fondo de la Dirac) y luego en el Museo Maxxi de Roma, para finalmente ser presentado en Chile.

Arquitectura en territorios poéticos es la primera publicación de una monografía de Cazú Zegers, con su trayectoria desde el año 2000 en adelante. La editorial a cargo es Rizzoli, especializada en libros sobre arte, moda, arquitectura, fotografía y diseño de interiores y será lanzado en octubre de este año en Nueva York.

Está en inglés y cuenta además con escritos y bocetos hechos a mano por la arquitecta al momento de pensar en cada proyecto (y que reflejan su metodología de gesto-figura-forma), logrando un libro de arquitectura que es también su relato personal sobre un proceso artístico que culmina en obras icónicas, como la Casa Cala. 

Hay también otro libro en proceso, más privado, donde Zegers ha estado escribiendo su historia desde sus primeros años de vida. Más que un texto autobiográfico, lo define como “un libro para entender desde dónde miro”.

Esta aventura de Zegers en la literatura busca que el proceso y el resultado de su arquitectura no se pierdan; que si la obra no se construyó, al menos quede un testimonio físico para que otros puedan estudiarla y quizás inspirarse, moviendo la brújula hacia el manifiesto de Cazú: una arquitectura expresiva, íntimamente relacionada con el paisaje; reflexiva, poética y leve.