Arquitectura

Cómo Sol Echevarría logró combinar lo nuevo y lo antiguo en una casa con mucha personalidad

Aunque es ingeniera comercial de profesión, Sol Echevarría lleva varios años dedicada a la decoración. Hace proyectos, asesorías, tiene su propia tienda y dicta talleres. Llena de ideas y con una energía envidiable, nos abrió las puertas de su casa en Puerto Varas.

Sol Echevarría (@sol_echevarria) está siempre en movimiento. Pensando en nuevas ideas, con una sierra en la mano, enhebrando la aguja de su máquina de coser o con una pantonera eligiendo el color perfecto para uno de sus tantos proyectos. Aunque es ingeniera comercial de profesión, lleva ya varios años dedicada por completo a su trabajo como “decoradora y constructora de ideas”, como se autodefine. 

Todo empezó el 2014: Sol estaba trabajando como ingeniera comercial en una oficina en Puerto Montt. Mientras sus compañeros de trabajo compraban ropa por internet, ella encargaba libros de decoración, que leía y releía. Y los fines de semana empezó a fabricar unos especieros de madera. Al poco tiempo, llegaron los primeros pedidos y decidió mandarle un especiero de regalo a la cocinera Virginia Demaría. “Se lo mandé por si lo quería publicar y me dijo que se lo iba a llevar al programa. Lo puso ahí y fue como ¡bum!”, cuenta Sol. 

sol-echevarria-4
sol-echevarria-10

De a poco empezó a meterse cada vez más en el mundo de la decoración: un amigo le preguntó si se atrevería a decorar una casa de 700 metros cuadrados para un cliente y ella dijo que sí. Después, un hotel, y así siguió con varios proyectos. Uno de los más importantes fue, por supuesto, su propia casa.

Junto a su marido, Patricio Acuña (@botasdegoma.cl), querían construir en una parcela que había sido de la familia de Patricio y que ellos les habían comprado. Después de mirar mucho el terreno y ver los presupuestos, decidieron partir por una cabaña pequeña. “Lo que hicimos fue decir: la casa la queremos aquí sí o sí, entonces la cabaña la vamos a hacer en otro lado. El emplazamiento estaba súper claro, pero la decisión de cuál iba primero y cuál iba segundo, la negociamos”, explica.

sol-echevarria-17
sol-echevarria-19

La cabaña, que hoy arriendan por Airbnb, la terminaron el 2017 y, dos años después, decidieron partir con la construcción de la casa definitiva, con todos los aprendizajes de la primera construcción y con un dibujo que habían hecho en la servilleta de un restorán cuando estaban recién casados como punto de partida.

sol-echevarria-12
sol-echevarria-16

En una de las primeras reuniones que tuvieron con Alejandro Gómez (@estudio_campo), el arquitecto a cargo del proyecto y con quien también trabajaron en la construcción de la cabaña, él les preguntó qué querían en su casa. La lista de Sol fue simple: primero, luz natural; segundo, luz natural y tercero, luz natural. Nacida y criada en el norte de Chile, necesitaba que la luz entrara por todos los rincones de la casa.

A ese requerimiento claro, se sumaron los de Patricio: espacios amplios, interconectados y que el verde que los rodea se viera desde todos lados. El resultado fue una casa que mira al norte y también a los volcanes, llena de ventanas y donde los espacios comunes están completamente conectados. Incluso la salita, que está en el segundo piso, está conectada con el living, en el primero. De hecho, rápidamente se convirtió en el centro de la familia y, aunque Sol y Patricio son una familia sin hijos, siempre hay más gente dando vueltas: sus hermanos, sobrinos, amigos, son siempre bienvenidos. “Cuando nos vinimos a esta casa nos convertimos en los que aclanan. Esta es una casa abierta, no es una casa piloto”, dice Sol.

 

sol-echevarria-15
sol-echevarria

Un mix entre lo nuevo y lo antiguo

“No me gusta entrar a una casa y que sea todo 100% nuevo, porque cuando le metes elementos antiguos, le das un toque más tuyo. Me gustan las cosas que tienen historia. Cuando algo es 100% perfecto lo encuentro frío. Me gusta la imperfección que tiene lo antiguo”, explica la dueña de casa. “La vitrina de la cocina la tenemos desde nuestra primera casa, cuando nos fuimos a vivir juntos. Cuando hicimos el proyecto de esta casa, yo le pedí a Alejandro que dejara esos metros cuadrados libres, para la vitrina”. Lo mismo hicieron con algunas puertas y mamparas antiguas.

 

sol-echevarria-9
sol-echevarria-14

Vivir el jardín

“Cuando tuvimos lista la cabaña, yo miraba hacia afuera, al jardín, y sentía que le faltaba. Yo necesitaba altura, movimiento, que fuera cambiando con las estaciones, ¡no puro pasto! Ahí fue cuando decidimos hacer la huerta. Y después, el invernadero”, explica Sol. El invernadero nació inspirado en los winter garden que usan en Inglaterra, que son espacios pensados no solo para las plantas, sino también para vivirlos. Por eso, Sol quería usar vidrio para construirlo, no plástico ni policarbonato, porque así podría aprovechar la vista. Y un día encontraron un montón de ventanas viejas. Le pidieron a un maestro que hiciera la estructura del invernadero y ellos se dedicaron después a cerrarlo con las ventanas antiguas. Hoy, es un espacio donde Sol no solo cultiva tomates y zapallitos, también hace sus talleres; todo un winter garden.

Inspírate en tienda BazarED.cl