Una puerta roja, paredes verde petróleo y el piso original de mármol en ajedrez blanco con negro dan la bienvenida a la casa de esta familia con dos niños pequeños, que se la jugó por los colores y un diseño que no pasa desapercibido.
Mantener el estilo clásico de la casa, pero que el diseño incorporara elementos de la neurociencia –la dueña de casa es neurocientífica– y la pesca con moscas –el hobby de su marido–, además de darle mucho protagonismo a los libros, fue el pedido que recibió en abril del año pasado la arquitecta María José Martinez (@mariajosemartinez.interiorismo).
Tras casi diez meses de trabajo, el interiorismo incluyó desde el pulido del parquet y del piso de mármol original, pasando por el diseño de varios muebles, hasta el arte que viste los muros. “En este proyecto buscamos, mediante el mobiliario, hacerle honor a la casa, pero manteniendo el espíritu alegre y jovial de sus dueños. Crear ambientes elegantes y clásicos, pero no serios”, cuenta María José.
“Fue un gran desafío, me dieron mucha libertad para crear, sin muchos tabús. En Chile le tienen miedo al color, y ellos me dieron esa libertad. Todos los espacios tienen su propia historia, no hay uno igual a otro. Pensamos la casa como si fuera contando un cuento”, agrega la arquitecta.
Verde olivo y terracota en el living
El living es rectangular, por lo que se optó por dividir el espacio en dos: uno de reunión para compartir con amigos y otro más privado con un piano. En este espacio, diversos colores y texturas combinan a la perfección: las paredes son verde olivo, el cielo tiene un impactante papel mural de Simone Home (@simonehome.papelesmurales), una mesa de centro verde, dos mesas terracota y dos coloridas poltronas de Nest At Home (@nest_athome) hacen un living fuera de lo común.
Para plasmar los intereses de los clientes, una composición de varias ilustraciones a cargo de Casa Uno (@casauno.arte) combina armónicamente partes del cerebro, peces y libros. Los muebles coloridos y más modernos contrastan con el chifonier del siglo XIX, que compraron en un anticuario.
Un comedor lúdico
El mismo verde del living da continuidad al comedor, donde instalaron un papel mural llamado El Banquete, de la argentina Mercedes Costal, de Simone Home. La mesa se diseñó especialmente y la construcción estuvo a cargo de The Woods (@thewoods.creativestudio), las sillas son de Time of Interiors (@timeofinteriors). En esta habitación el pedido especial fue un bar, el que diseñaron curvo, con palillaje y mármol. La lámpara es de María María (@maria_mariadeco).
Amor por el escocés
En el escritorio de ella le rindieron tributo a su amor por el patrón escocés. Se instaló un papel mural cuadrillé de Papel Pintado (@papelpintado_chile), compraron un chaise longue frambuesa de Nest At Home y el escritorio lo tenía la dueña.
Los dormitorios
En la pieza principal, otro tono de verde claro se combinó con un papel mural con proyección y perspectiva de The Wall y optaron por muebles clásicos. Los sitiales setenteros y el cuadro de Alfredo Echazarreta los tenían los dueños. Este dormitorio tiene un mini estar con un librero, una mesa de mármol, alfombra de Piso Uno y un sofá Chesterfield.
Los niños eligieron sus papeles murales: la hija mayor se decidió por uno de Papel Pintado y en la pieza de visitas instalaron un lúdico papel inspirado en el clásico Toile de Jouy, de The Wall.
En la salita de juegos eligieron un gris claro, mismo tono que da vida al mueble con enjucados que se fabricó a medida. El sofá es de Nueve Design Estudio (@nueve_designstudio) y contrasta con el papel mural de nubes de Bardo Design. Las mesas son de Qiiip y la alfombra de Milú Rugs (@milurugs).
