La primera reunión de la interiorista Sofía Iturralde con los clientes de este proyecto no fue una reunión cualquiera. Un encargo que solo buscaba cambiar sofás y un par de cosas más para refrescar el living, terminó siendo algo mucho más grande.
«En esa reunión fui muy sincera con la clienta y le pedí que me diera permiso para darle, con total honestidad, mi impresión sobre lo que veía no solo en el living, sino en toda la casa», cuenta. Ese gesto inicial fue el detonante de una transformación mayor: una remodelación completa, interior y exterior, que permitió actualizar la vivienda en cada detalle.
El proyecto implicó trasladar a la familia por seis meses a un departamento, mientras se trabajaba con un equipo multidisciplinario compuesto por arquitectos, mueblistas y paisajistas. Todo liderado por la interiorista, con la colaboración de Cofre Mujica Arquitectos. El proceso se convirtió en una suerte de cirugía mayor para una casa de dos décadas, que necesitaba tanto una renovación estética como funcional. “Fue como diseñar un traje a medida: cada decisión respondía a los dueños, a sus rutinas y a la forma en que querían habitar su hogar”.


Aunque la intervención fue completa, hubo ambientes que adquirieron un carácter especial. El living se transformó en el corazón social de la casa, con muebles a medida y materiales que realzan sus proporciones y aportan sofisticación. Allí, la atmósfera cálida se combina con un lenguaje contemporáneo que invita tanto a la convivencia familiar como a la recepción de invitados.


El otro gran protagonista es el subterráneo multipropósito, diseñado como un verdadero centro de entretención. Este espacio reúne una mesa de pool, un bar, un flipper de colección, un estar para ver televisión y hasta una mesa de ajedrez. «Y como complemento perfecto, hicimos un baño mega ondero que quedó espectacular», comenta la interiorista, destacando cómo este nivel responde a la personalidad de los hombres de la familia. Es un espacio dinámico y lúdico, que contrasta con el resto de la casa y complementa su uso cotidiano.




Al momento de hablar de intransables para esta renovación, Sofía Iturralde menciona solo uno: encargar todos los muebles a Hielo Sur. «Se lo dije a la clienta el primer día, ya que sabía que gran parte del proyecto incluiría un importante equipamiento de muebles. Trabajo hace tiempo con ellos y nos complementamos muy bien, llegando a excelentes resultados.»


El reto de este proyecto estuvo en crear un concepto unificador, capaz de conectar todos los espacios con un mismo hilo conductor. El resultado: una propuesta mid century reinterpretada al presente, que aporta frescura y glamour al mismo tiempo. La casa fluye como un todo, con ambientes pensados para la vida familiar y social, y con un carácter único que refleja a quienes la habitan.

