Habitualmente – y desde una capa superficial – los premios tienden a ser vinculados con el ego, los flashes y la vanidad. Sin embargo, hay mucho más que eso. Se trata de reconocer, destacar y, sobre todo, dar cuenta del valor que hay detrás del talento de personas y organizaciones.
Hoy comienza la convocatoria de la 10ª versión de los Premios Chile Diseño, certamen organizado por el gremio Chile Diseño, que en sus 30 años de existencia, ha instalado estos premios como la instancia más importante para distinguir los proyectos más relevantes de la industria en diferentes categorías, junto con transformarse en una cita ineludible para compartir miradas.
Desde la vereda creativa, el diseño es un frente importantísimo. Sus múltiples expresiones afectan positivamente la economía, cultura y sociedad con una capilaridad tan extensa y diversa que, a veces, cuesta visibilizarla. Pero, literalmente, está en todas partes: descubriendo problemas y reinventando soluciones. Es un hecho: hasta el futuro debe ser diseñado.
Por eso y más es tan importante postular a estos premios. Es una de las plataformas para poner en valor la fuerza y el potencial que tiene el diseño desde una escala humana a una escala global.
¿Desde qué factores se expresa esta relevancia? Primero, si bien todo premio reconoce el talento y esfuerzo detrás de un logro, en un ecosistema como el del diseño chileno – compuesto en gran parte por independientes y microempresas – visibilizar al talento local no es sólo valioso, es urgente. No importa el origen del proyecto o solución, la misión que debemos asumir es difundir la obra, para evidenciar el valor que el diseño aporta a cada solución.

Museo 31 minutos, primer lugar 2024 categoría Ilustración para el diseño | Marcas, Productos y Packaging
En segundo lugar, el diseño, así como la gran mayoría de los sectores de la industrias creativas, afecta y es afectado por los cambios tecnológicos, culturales y sociales. Sus actores no sólo deben mantenerse al día, sino también leer y proyectar sus capacidades como protagonista en todo orden de evoluciones. Así que participar en instancias como los Premios Chile Diseño traspasa el reconocimiento y se instala como una gran oportunidad para leer las señales que da la industria, desde tendencias a la dirección hacia donde apuntan las transformaciones.
Y, sin duda, un tercer aspecto clave para postular es la construcción de reputación y posicionamiento de cada empresa, talento, estudio, área de diseño de una firma y escuela. No sólo por la obvia posición que se construye desde la distinción de los pares, sino porque, especialmente en esta industria, hay una reputación que se arma en comunidad, en colaboración, integrando a todos los actores hacia un posicionamiento común. Sumar fuerzas y permitir visibilizar el papel desde este frente en el desarrollo de nuestro país e imagen hacia el mundo.
Sí, hay flashes, escenarios, aplausos y trofeos. Pero el gran premio – y en el que todos ganan – es construir el diseño chileno entre todos. Ese es su mayor valor.