A Josefina Marambio siempre le gustó dibujar. Ese amor por el papel y el color la acompañó desde niña, y fue una de las razones que la llevó a estudiar arquitectura. Sin embargo, con el tiempo, la precisión de los planos fue dejando en segundo plano la calidez del trazo hecho a mano. “Me faltaba volver a hacer algo en mi cotidianidad que fuera un poco más humano… un oficio lindo dedicado a momentos lindos”, recuerda.
El impulso definitivo llegó con el nacimiento de su primera sobrina, a quien le hizo los santitos para su bautizo. Desde ese momento, la idea de crear ilustraciones personalizadas para celebraciones especiales empezó a tomar forma, primero entre familiares y amigos, y luego para desconocidos que la contactaban.
Hace menos de un año abrió la cuenta de Instagram de Fátima Santitos, donde comparte sus trabajos: tarjetas personalizadas, partes de matrimonio y santitos de primera comunión o bautizo, todos ilustrados a mano en acuarela y con un estilo único que Josefina se propuso encontrar desde un inicio, sin calcar referencias. “Quería ser fiel a mí misma… el blanco para mí significa la pureza de estos momentos, por eso tiene alto protagonismo. Y aunque la acuarela suele ser más suelta, yo le hago un margen negro, muy de arquitecta, usando incluso el mismo tiralíneas que ocupaba en la universidad”, explica.
Su proceso creativo comienza siempre con investigación: desde la historia de un santo hasta la arquitectura de una iglesia o las características de un animal. Luego plasma la esencia en un boceto con notas y detalles que después trasladará a la hoja de acuarela. La música —muchas veces clásica o atmosférica— la acompaña en este momento de concentración y calma, para dar forma a piezas que transmitan la delicadeza y el simbolismo que busca.
Aunque muchos de sus pedidos son ilustraciones de su propio catálogo, cada diseño está pensado para diferentes personalidades y estilos: desde composiciones coloridas y floridas, hasta opciones sobrias en tonos más neutros. En cada encargo, la personalización es clave. “Hay clientes que llegan clarísimos con lo que quieren, y otros que me dicen ‘tú dale’… ahí tengo que leer entre líneas y captar su esencia. Para los matrimonios trabajamos muy de la mano, a veces incluso con reuniones por Zoom para conocernos bien”, comenta.
Para Josefina, controlar todo el proceso artesanal, desde el dibujo hasta la impresión, es clave. Con su propia impresora, escáner y papelería profesional, asegura la fidelidad de los colores y la calidad final. “Puedo estar muy encima de cada milímetro del proceso y tomar mejores decisiones”, dice.
Hoy sueña con seguir creciendo, pero sin perder el carácter personalizado que define su trabajo. Planea ampliar su catálogo de ilustraciones y eventualmente desarrollar una página web, siempre con la calma de quien valora cada paso. “Me emociona mucho la buena respuesta que he tenido… pero quiero que sea un crecimiento orgánico y tranquilo, entendiendo lo que significa cada etapa”.
Puedes ver más de su trabajo en @fatima.santitos en Instagram, donde comparte no solo sus creaciones, sino también parte de ese proceso artesanal que da vida a ilustraciones que celebran los momentos más significativos.
