Su personalidad fuerte, opiniones claras e ideas firmes son las características más públicas de este ingeniero comercial. Por años ha analizado la sociedad a través de sus columnas y expuesto sus distintos puntos de vista a través de la radio y la televisión. Es un referente de opinión y, sin buscarlo, se ha visto involucrado en algunas polémicas pero que, según él, valen la pena si es que el tema es realmente importante. Los que lo conocen dicen que además es un hombre lleno de energía, empeñoso, inteligente, con gran sentido del humor y que tiene un ojo infalible en lo que a gusto se refiere.
Acaba de cumplir 50 años, es el actual rector de la Universidad Adolfo Ibáñez, activo columnista de diarios y revistas, panelista del programa Terapia chilensis de Radio Duna y director consejero del Centro Cultural Palacio La Moneda. Una agenda bien intensa, aunque él asegura que está bajando el ritmo para encontrar un punto de equilibrio entre el trabajo, la familia y el tiempo libre (“para hacer cosas importantes, nunca para el ocio”, nos aclara).
Entre reunión y reunión eligió cada uno de los objetos de esta Agenda con una calma, organización y preocupación pocas veces antes vista.
“Me carga andar con la billetera, llaves y libretas en las manos o en los bolsillos. Este maletín lo descubrí en Nueva York hace muchos años y es mi verdadera cartera”.
“Siempre he sido fanático de todo tipo de diarios y revistas en papel e Internet. Leo todo el tiempo para estar informado, por mi trabajo, para escribir mis columnas en La Tercera y para sacar datos de todo tipo”.
“Siempre he sido un fan de los computadores de Apple, desde que eran incompatibles. Me gusta su sistema y diseño. Como soy poco tecnológico, lo uso principalmente para escribir y ver mails”.
“No me gusta sacar fotos, pero entiendo que hay ocasiones en las que es necesario. Compré está cámara Leica que tiene todo lo que necesito: es simple, portátil y de gran calidad. Saca fotos increíbles con el mínimo esfuerzo”.
“Me encanta viajar y conocer distintas ciudades. Encuentro que se aprende mucho recorriendo calles, galerías y restaurantes. En esta foto, mi mujer Magdalena está en una exposición de fotos de Patrick Demarchelier en París”.
“Aunque son un clásico, hace poco descubrí las corbatas de lana y he ido juntando varias.
Me gustan porque le dan un toque más
suelto y menos rígido
a los trajes, sin
perder la
formalidad”.
“Me encanta conocer gente y conversar. He tenido la suerte de estar con personas increíbles como Bill Clinton. Es un hombre extraordinario y muy carismático. Vino a Chile en el 2005 invitado por la universidad y tuve que entrevistarlo”.
“El desayuno es mi momento favorito del día. Me tomo casi una hora para hacerlo con calma, siempre en la terraza y leyendo el diario. No cambio por nada mi café, el jugo y la mermelada de frambuesa”.
“Con la edad los anteojos se han convertido en grandes compañeros. Por suerte no tengo que usarlos todo el tiempo, pero me he ido acostumbrando, y hoy
son un elemento
esencial”.
“Nunca he jugado polo, pero encuentro que es un deporte increíble. Hace varios años que vamos a ver la final de Palermo en Buenos Aires, un espectáculo superior en una ciudad que siempre vale la pena visitar”.
“Por mi trabajo, siempre tengo que vestirme formal. Soy más bien tradicional, pero encuentro que las colleras –uno de los pocos accesorios masculinos– pueden aportar un poco de originalidad. Estas son de Paul Smith,
gran diseñador inglés”.
“Esta libreta es indispensable para mí, necesito estar anotando datos, ideas y además me sirve para las reuniones cuando se ponen aburridas. Traté de reemplazarla por un iPad pero no resultó”.
“Mis hijos me molestan porque dicen que ando coleccionando frases. Esta de Roy Goodman la encontré genial y nos recuerda que la felicidad se va construyendo día a día”.
“Me encantan las flores
y siempre tengo en la casa y en la oficina. Encuentro que alegran y humanizan los ambientes. Mi amiga Mónica Pellegrini me las compra todas las semanas en el mercado. Mis favoritas son las peonías”.
“Toda la vida he hecho deporte, aunque nunca de forma competitiva. Con esta vieja raqueta de madera jugaba tenis cuando chico. Ahora troto casi todos los días, aunque sean 20 minutos. Es mi gran terapia”.
“La bicicleta la uso más como medio de transporte que de forma deportiva. Con ella me transporto a lugares cercanos, lo que es una ventaja de vivir en El Golf. El canasto es fundamental porque, si voy a una reunión, siempre tengo que llevar algo”.
