En Entre Lagos existe una casa roja. Sus techos y revestimiento exterior son de este color, contrastando con el verde entorno que la acoge. Sobre una ladera con hualles añosos y con vista al Lago Puyehue, la oficina de arquitectura Estudio Diagonal proyectó esta casa para una familia que buscaba una segunda vivienda.
El lugar elegido para desconectarse de la ciudad en la que habitan fue esta localidad en el sur de Chile, en la que decidieron construir un refugio para descansar tanto en verano como en invierno.
Uno de los requisitos de este encargo fue que la casa tuviera espacio suficiente para recibir, de manera simultanea, al menos a dos familias, lo que permitiría que tres generaciones – abuelos, padres e hijos – pudieran estar bajo el mismo techo al mismo tiempo.
“La obra consta de dos acciones arquitectónicas importantes. Por un lado, se plantearon dos volúmenes con usos distintos, pensando en la habitabilidad simultaneidad de uno o varios grupos familiares. Por ello, el primer volumen, vinculado al acceso, tiene un uso comunitario que alberga living, comedor y cocina. El segundo volumen presta funciones de mayor privacidad, e incluye las habitaciones, baños, y sala de estar”, explica Sebastián Armijo, arquitecto de Estudio Diagonal.
“Por otro lado, el escalonamiento es la manera en que estos volúmenes se posan sobre el terreno. En este caso, ambos debían instalarse en la ladera a diferentes alturas. Después de hacer un estudio de la topografía natural, logramos maximizar las vistas e interacción con el paisaje, y al mismo tiempo, minimizar el impacto de la obra en el contexto natural”, agrega.


En particular, este fue el mayor desafío del proyecto: la instalación de una casa funcional, con dos ambientes separados, en un terreno que contaba con una pendiente muy inclinada. Un desafío que fue sorteado con éxito, creando una casa acogedora para que tres generaciones puedan continuar escribiendo su historia.