Comedor hotel Awasi Ranking ED

Ranking ED 2014: Mejor Hotel Awasi Patagonia

«A medida» es el concepto que mejor define a este hotel. Desde las excursiones, que son planificadas según los gustos de cada pasajero por separado, a la arquitectura, que es sencilla pero tremendamente cálida, todo en Awasi hace honor a su nombre, que quiere decir «casa», una casa de lujo.

Ya su nombre dice mucho. “Huasi” significa casa en idioma kunza, y sus dueños se tomaron el concepto bien en serio, porque este no es un hotel tradicional. Es más bien un lodge formado por 12 pequeñas villas ubicadas en medio de un bosque nativo; cada una es distinta a la otra y ofrece todas las comodidades imaginables para hacer que la experiencia de viaje para cada pasajero sea memorable. Los detalles son parte de la esencia de este hotel –que fue incluido en la prestigiosa asociación Relais&Chateaux– y también los responsables de que uno se sienta tan bien recibido.

Awasi Patagonia fue diseñado por el arquitecto Felipe Assadi, quien se inspiró en los sencillos puestos patagónicos que están en medio de las grandes haciendas de la zona. Construido con madera de lenga local, todo en él invita a disfrutar la maravillosa vista hacia las Torres del Paine y el Lago Sarmiento.

Esa simpleza en su arquitectura se mantiene en el interior, donde el objetivo era crear ambientes cálidos, cómodos y únicos. “El gran desafío fue lograr esa mezcla justa que te permite estar en medio de la nada pero sentirte totalmente acogido”, dice Paula Gutiérrez, cuya oficina estuvo a cargo de la decoración del hotel, trabajando codo a codo con Alejandra Bunster. Para conseguirlo, partieron por definir una paleta de colores, la que sí o sí estaría inspirada en lo que el paisaje entrega. “Tomamos muchas muestras de flores, de tierra, de piedras, de árboles, de manera que hubiera armonía entre lo que pasaba dentro y fuera del hotel”, explica la decoradora. Así seleccionaron tonalidades como berenjenas, terracota y verdes líquen, que pueden parecer muy audaces, pero que son las que se encuentran con facilidad en el exterior. Igual tratamiento se le dio a las maderas del interior del hotel, que siguen siendo protagonistas: el tono elegido fue el mismo gris que toma el ciprés de las Guaitecas cuando envejece.

El paso siguiente fue darle carácter a un lugar que espontáneamente llama al sobrecogimiento. Paula Gutiérrez se atrevió a mezclar sin prejuicios estilos, texturas y coloridos y a generar puntos de inflexión en los espacios. Mientras las villas son puras e invitan a la contemplación, en el living, comedor y bar hay mayor intervención. En el comedor, una lámpara francesa fabricada con bolas de lana de oveja habla de los contrapuntos buscados en los interiores, al igual que la lámpara de pergamino sobre el bar y el muro de cuero a la entrada del hotel. Y es que la iluminación fue todo un tema: “Buscábamos una iluminación cálida, de casa, pero que fuera funcional, de hotel. Tenía la base de la iluminación que hizo Mónica Pérez, pero el diseño y la selección de los diferentes modelos de lámparas para un ambiente unitario y de luz elegante y rústica a la vez fue todo un desafío”.

La elección de los muebles se hizo con los planos en la mano. Así pudo decidir cuáles comprar y cuáles diseñar. La mezcla de muebles y estilos fue como una receta de cocina donde cada ingrediente juega un rol y está en su dosis perfecta. Hay algunos muebles Monte, otros de inspiración años 30, como las sillas Hoop y Hasaki, pero la mayoría fueron diseños a medida.

Tan a medida como cada estadía que se planifica en Awasi, donde cada pasajero dispone de un guía y jeep para armar las excursiones según quiera; tiene un hot tub en su propia villa y hasta chimenea para cuando el fuerte viento llama a quedarse leyendo al lado del fuego; puede elegir cómo quiere los huevos del desayuno y también qué y a qué hora comer. Un hotel tailor made, como le dicen acá, aunque para nosotros es simplemente un lugar para sentirse como en casa…
o tal vez mejor.

 

  • Un rincón del comedor, cuyos muros se decoraron con ilustraciones de fauna chilena.

  • Una vista del living y bar.

  • En el comedor toda la atención se la lleva esta lámpara francesa fabricada con bolas de lana de oveja.

  • La mayoría de los muebles del estar fueron diseñados por la oficina de Paula Gutiérrez.

  • Esos detalles que hacer del hotel un espacio de lujo por donde se lo mire.

  • La paleta de colores que se eligió para el hotel estuvo inspirada en la naturaleza de la zona. El verde esmeralda es del mismo del lago Sarmiento.

  • El look industrial de esta lámpara contrasta con la decoración cálida y rústica del comedor.

  • El hotel cuenta con 11 villas de 80 metros cuadrados y una de 114, que se caracterizan por su decoración pura y simple. Todas cuentan con hot tub y chimenea.

  • El hotel cuenta con 11 villas de 80 metros cuadrados y una de 114, que se caracterizan por su decoración pura y simple. Todas cuentan con hot tub y chimenea.

  • El hotel cuenta con 11 villas de 80 metros cuadrados y una de 114, que se caracterizan por su decoración pura y simple. Todas cuentan con hot tub y chimenea.

  • El hotel cuenta con 11 villas de 80 metros cuadrados y una de 114, que se caracterizan por su decoración pura y simple. Todas cuentan con hot tub y chimenea.

  • El hotel cuenta con 11 villas de 80 metros cuadrados y una de 114, que se caracterizan por su decoración pura y simple. Todas cuentan con hot tub y chimenea.

  • La arquitectura del hotel estuvo a cargo de Felipe Assadi, quien se inspiró en los antiguos puestos que había en las grandes haciendas de La Patagonia.

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