Es, sin duda, uno de los restoranes que hay que visitar en Santiago. No sólo como dato para turistas de paso por nuestra capital, sino para todos quienes quieran probar la mejor cocina nikkei a nivel internacional. Aquí la ecuación es perfecta: su carta es variada y con platos llenos de atractivos sabores; la decoración –a cargo de las reconocidas oficinas EE & Cía y Tony Chi & Associates– que entrega un grado de intimidad perfecto para los comensales; y la atención, de lujo, con mozos que conocen muy bien cada plato para asesorar y guiar a los comensales en su elección.
Con estos antecedentes es fácil entender por qué Osaka forma parte de nuestro ranking, por qué la reconocida Guía Pelegrino lo incluyó como uno de los 50 mejores restoranes de Latinoamérica y por qué su chef Ciro Watanabe recibe todo tipo de reconocimientos y se ha convertido en uno de los principales referentes gastronómicos. A pesar que este restorán forma parte de una cadena internacional –de origen peruano y con presencia en Argentina y Brasil– y que un 60% de su carta se mantiene intacta para todas sus sucursales, el 40% restante queda a libre elección del chef a cargo. Es ahí donde Watanabe ha sabido lucirse y toma la creación de los nuevos platos de forma muy personal. “Cuando hago las cartas, trato de incluir los sabores de mi infancia, de platos o ingredientes que me acuerdo de haber comido en la casa de mis abuelos. Juego con los recuerdos a la hora de hacer un plato, lo que me permite mostrarme a través de lo que hago”.
Y es cierto. Su cocina es fiel reflejo de su historia. Mitad japonés y mitad peruano, de sus abuelos aprendió lo mejor de estas dos culturas. De ahí la buena mano, aunque para él, la cocina es principalmente trabajo y constancia, más que sólo talento. Por eso es que en ningún momento se ha confiado exclusivamente de sus habilidades y desde un principio se entregó en un 100% a esta profesión. Ingresó a estudiar gastronomía en Le Cordon Blue de Perú y apenas se tituló eligió el restorán Matsuei –un clásico de la gastronomía japonesa– para empezar su carrera. Ahí estuvo cinco años y cuándo pensó que podía tomarse un tiempo, recibió una invitación a la que era imposible decir que no: ser parte del equipo de Osaka en Lima. Era el espacio ideal para aplicar sus conocimientos en cocina francesa, japonesa y peruana. Le fue tan bien que a los cuatro años le encargaron la misión de hacerse cargo de la primera sucursal en Chile. Así, después de varios meses de capacitar al personal y de preparar la nueva carta, Osaka abrió sus puertas en el recién estrenado Hotel W, en octubre del 2009.
Desde entonces, no hay día que el restorán no esté a tablero vuelto. El éxito fue inmediato y no sólo por la novedad de probar el primer restorán nikkei del país. Es que Ciro Watanabe y su equipo no han decepcionado. A juicio del chef, los motivos por los que hoy Osaka es considerado el mejor restorán tienen directa relación con las mezclas tan únicas que ahí se pueden encontrar. “La cocina que hacemos es de sabores entretenidos, unos más explosivos que otros, y por la amplia oferta que tenemos, entre platos fríos y calientes”, explica Watanabe. Así, los ceviches, tiraditos, rolls, sopas, woks y tapas que aquí se pueden encontrar, dejan atrás los sabores clásicos a los que tan acostumbrados estamos, para conquistar hasta al más exigente de los comensales.