Probablemente todos hemos ido alguna vez al Museo Nacional de Bellas Artes o al Pueblito de los Dominicos, pero ¿los ha visto desde el cielo? Es un panorama completamente distinto. Mirar el mundo con otra perspectiva es lo que hacen Felipe Acuña y Nicolás Arancibia, a través de Cenital, su emprendimiento de fotografía aérea. Los diseñadores se conocieron en la agencia de marketing donde trabajan hasta hoy, Anden, y ahí nació la idea. “En la agencia nos especializamos en marketing deportivo, y siempre contratábamos gente para que nos hiciera videos aéreos de los eventos y quedábamos con esa sensación de ‘no es lo que queremos’… Así es que empezamos a pensar ¿por qué no hacerlo nosotros?”, cuenta Felipe.
Se atrevieron y hace dos años se compraron el primer dron –actualmente tienen tres funcionando, además de otros tres que han caído en la batalla– y empezaron a investigar el concepto que querían entregar. “Desde un principio queríamos diferenciarnos y ser los mejores y más grandes de Chile”, dice Felipe. Nicolás, su socio, cuenta que una de las bases de su trabajo es la experimentación y la observación. “Nos ha pasado que hemos estado haciendo una foto que teníamos súper planificada y nos alejamos 300 metros a la derecha y encontramos otro lugar que quizás es mejor que el que estábamos haciendo”.
Por eso, para estos diseñadores el dron se ha transformado casi en una extensión de su cuerpo, y lo tienen todo el día a mano, siempre listos para obtener la mejor fotografía. Y es que, según ellos, todo está “en el momento y el lugar”. Si camino a sus casas ven algo que les llama la atención, sacan el dron y hacen la foto. “Ya no es un trabajo, es una forma de ser, un estilo de vida. Ver el mundo desde otra perspectiva es asombrarte cada vez con que lo estás haciendo, eso es lo bonito que nos pasa”, cuenta Nicolás. Y aunque llevan dos años en esto, no dejan de asombrarse y de planificar nuevas fotos.
Por su trabajo en la agencia, les toca viajar mucho, y siempre parten con sus drones. Uno de los últimos eventos en que trabajaron, el Red Bull Out of Hell, en el volcán Sollipulli –una carrera que combina randonée, snow climbing y freeride en el cráter más grande de Chile–, les sirvió para lograr unas imágenes que pocos podrían obtener. “Estuvimos en el cráter de un volcán de 4 kilómetros, liso, perfecto, lleno de nieve, grabando todo eso. Para nosotros es fundamental arriesgarnos, porque queremos fotos distintas, con ángulos que no se hayan visto antes”, dice Felipe.
Y aunque las fotos que tienen en medio de la naturaleza, con playas, campos y cerros, son alucinantes, también han logrado capturar la esencia de Santiago. Rotondas, edificios emblemáticos y hasta una toma del cerro San Cristóbal con la Virgen como protagonista, muestran un lado desconocido, que los ha convertido en un referente de la fotografía aérea. En Cenital buscan que este tipo de fotos deje de ser un “elemento decorativo o muchas veces trivial” y pase a ser parte de un proceso creativo y experimental.
Para ver el trabajo de esta dupla, lo mejor es seguirlos en su cuenta de Instagram (@cenitalchile), que actualizan constantemente. Y si es uno de los tantos amantes de su trabajo, le tenemos una buena noticia: ahora se pueden comprar las fotos para tenerlas en la casa. Felipe y Nicolás las imprimen en 60 x 40 cm, en papel fotográfico semibrillo de alta resolución y las entregan enmarcadas, listas para colgar. Perfecto para un cambio de perspectiva.
cenital.cl
