«As you lean on me and I lean on you, we move forward», es el nombre de la obra presentada por Francisca Benítez en el High Line Park, en Nueva York.
Todo partió como una idea de la artista luego de terminar su residencia en Londres, tras ganar la Beca AMA de la fundación Juan Yarur. Francisca convirtió el lenguaje de señas en un ejercicio artístico y social.
Sin embargo, su interés por la lengua de señas parte mucho tiempo antes. Su historia familiar se lo recuerda: su padre es sordo, pero nunca intentó aprender esta manera de comunicarse. Fue así como ideó una muestra en el Museo de Artes Visuales (MAVI) en una escuela de señas.
El experimento es el mismo, esta vez en el High Line Park. De acuerdo a lo señalado por el New York Times, la exhibición que tuvo lugar la semana pasada en este nuevo parque urbano, tuvo a la propia artista, más nueve artistas sordos, realizando circuitos de danza, improvisaciones y clases de lengua de señas.
«El trabajo ejecutado en silencio, y en gran parte improvisado, se define por tres acciones: un juego de cadáver exquisito, en el que el elenco se encuentra en una fila y van pasando un signo en lugar de una palabra o una imagen, como los surrealistas hicieron para crear un absurdo composición; un segmento en el que una intérprete comienza a ilustrar una escena con movimiento (como una expedición de pesca, por ejemplo) y los otros artistas completan el resto de la imagen (interpretando a los peces); y un solo, en el que un artista ofrece un monólogo con sus dedos floridos mientras el resto lo sigue con gran atención», explicó Gia Kourlas en el periódico estadounidense, reseñando del trabajo de Benítez.
El parque utilizado por la artista chilena radicada en Nueva York fue inaugurado en septiembre de 2014, tiene 2,33 kilómetros y fue construido sobre una línea de metro abandonada. Durante tres días, Benítez se instaló en tres puntos distintos del parque para mostrar su obra, que tuvo entre los artistas a Lehum Sbarra, reconocido bailarín dedicado a la danza contemporánea y de improvisación.
En palabras de la curadora del High Line Art, Cecilia Alemani, «el trabajo de Francisca Benítez nos invita a ampliar nuestro entendimiento del modo en que usamos el lenguaje y nuestros cuerpos como herramientas de comunicación».