Arte

Ilimitado

Las fronteras entre obra y marco se acabaron para el artista Rodrigo Canala. En la muestra Diseños, que expuso en diciembre y enero en la galería Patricia Ready, dio cuenta de cómo incorporó el borde exterior a su trabajo y cómo este adquirió un inusual pero merecido protagonismo.

Todo lo pulcro, ordenado, preciso, definido y perfecto que puede llegar a ser el trabajo del artista Rodrigo Canala desaparece cuando habla de su vida personal. «Soy un despelote. Nada estructurado. Mis finanzas son un desorden. La verdad es que en mi trabajo invierto casi toda mi energía», dice.

Lo bueno es que tanta dedicación ha traído sus frutos. El 4 de diciembre inaugurará Diseños, su segunda exposición individual en la galería Patricia Ready, donde presentará parte de lo que ha venido desarrollando en los últimos dos años. Los materiales comunes, «poco nobles» como diría él, siguen estando presentes: rotulador, bolígrafo, esmalte sintético, spray, pintura gravillada, cartón piedra, madera prensada y distintos tipos de papeles. Hay mucho dibujo y nuevas técnicas, como unas estructuras de fierro que van pintadas y adosadas al muro, algo inédito en su trabajo. Pero lo más novedoso de esta muestra es que incorporó el marco a la obra. “Lo que hice fue activarlo y hacerlo parte. El marco ‘es’ la obra, no es sustituible”, explica Rodrigo.

El tema del marco, o límite, como prefiere llamarlo, en realidad estaba presente hace rato en su trabajo. “Enfrentamos el mundo en base a límites. En ese trabajo (apunta la obra Autorretrato) lo que hice fue dividir el soporte en dos, puse un límite… Todo el tiempo estoy dividiendo superficies, fragmentando, componiendo. Muchos de mis dibujos se comportan como adornos, bordes que enmarcan algo, marcos”. A partir de ese momento se planteó la posibilidad de hacer participar a ese elemento exterior que es el marco, que contiene todo, de lo que pasa al interior. “El marco es fundamental en la obra; su color, materialidad, dimensiones…”, reflexiona.

El trabajo de Canala es minucioso y a veces hasta burocrático. En su bolsillo lleva siempre una libreta chica donde anota ideas y dibuja bocetos de cuanto se le pasa por la cabeza. Muchos de ellos son el punto de partida para futuras obras, incluso algunas se transforman en obras tal cual, pese a estar hechas sobre una hoja de su pequeño cuaderno. Es ese momento, el de la creatividad, el que más disfruta. El otro es al final, cuando logra en una obra el componente justo de tensión y de armonía. “Es el equilibrio entre una factura delicada o preciosista y la crudeza o tosquedad de los materiales con que está hecho el trabajo”, explica, y ejemplifica. “Están esos fierros pintados celestes (alude a su obra Escudo #2), como si fueran una cuna de guagua, algo frágil y amable quizás pero, al mismo tiempo, parece una reja, un objeto más bien agresivo. Cuando esa tensión y armonía están presentes, el trabajo está listo”.

Rodrigo Canala fundó junto a otros cuatro artistas Taller Bloc el 2009. Ahí no sólo trabaja, sino también hace de tutor. El resto del tiempo hace clases en la universidad.

Diseños se exhibirá desde el 3 de diciembre al 22 de enero en la galería Patricia Ready. 

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