Cristina Grappin (@cgrappinestudio) ha sido reconocida como una de las arquitectas mexicanas que hay que conocer. Sus proyectos han aparecido en Architectural Digest, Wallpaper*, Elle Decor, y en 2018, la editorial Rizzoli publicó una retrospectiva de su obra. En 2021 fundó su propio estudio, bajo su nombre, y hoy está con varios proyectos residenciales, segundas viviendas en Monterrey y Mérida, además de centros culturales, restoranes y un gran proyecto en Estados Unidos. Forma parte del Consejo Editorial de Architectural Digest México & Latinoamérica e incluso tiene su propio curso en Doméstika, Introducción al diseño arquitectónico de espacios residenciales.
Estudió en el Instituto Tecnológico de Monterrey y, aunque desde chica siempre tuvo la inquietud por el espacio y la expresión artística, no fue hasta que terminó el colegio que decidió seguir la carrera de Arquitectura.
Hoy, la naturaleza, el entorno, el contexto y el diseño integral son algunos de los motores de su trabajo, y de esto y mucho más habló con ED.
¿Cómo definirías tu sello y qué crees que las personas están buscando cuando llegan a ti para desarrollar un proyecto?
Nuestro enfoque en el estudio es generar un “Diseño Integral”. Pensamos y analizamos en todo el proceso todas las escalas, desde urbanas, el entorno natural y el usuario, hasta irnos a detallar los espacios de arquitectura interior y el mobiliario. Requiere mucha atención al proyecto en todas sus fases, y eso lo hace muy interesante, así como genera un servicio customizado para el cliente. Creo que quienes nos buscan son clientes que tienen los mismos valores de diseño y les interesa estar involucrados en un proceso creativo enriquecedor.
“El estudio opera bajo la convicción de que la arquitectura y el diseño pueden funcionar como herramientas para comprender, navegar y transformar nuestro entorno” es una de las premisas de tu estudio y en otras entrevistas has hablado de diseñar con la naturaleza. Cuéntanos sobre esta visión y sobre cómo en tus proyectos logras integrar el entorno.
El diseño puede ser una herramienta de cambio, por eso la importancia de hacerlo de una manera responsable. Cuando hablamos de proyectar residencias específicamente, no podemos hacer a un lado el contexto urbano y social en el que se encuentran. Entendiendo nuestro contexto: cómo es su orientación respecto al asoleamiento, de dónde vienen los vientos predominantes, qué tipo de materiales hay en la zona y qué tipo de manufactura, es cuando encontramos las primeras ideas/conceptos de diseño. Es importante saber que este nuevo espacio tendrá un impacto en el entorno y explorar cómo generar un proyecto que pueda usar los menos recursos no renovables posibles, y en algunos casos, en otras tipologías, que pueda integrarse en su contexto y genere un cambio positivo en una comunidad.
¿Cómo se integran la sustentabilidad y la ecología a los proyectos hoy?
Mediante el entendimiento del contexto natural –si entendemos orientaciones solares, temperaturas máximas o mínimas, orientación del viento– podemos diseñar de manera inteligente, sin necesidad de implementar cantidades innecesarias de recursos energéticos para solventar malos diseños. Por ejemplo, si tenemos un proyecto que tiene las orientaciones solares adecuadas, ventilación cruzada, implementación de materiales aislantes locales, éste tendrá un menor impacto ambiental que uno que necesita aire acondicionado todo el día, implementación de elementos automatizados para controlar la incidencia solar y materiales importados.
¿Cuál es tu principal consejo a la hora de comenzar a diseñar un espacio?
Entender muy bien al sitio y al cliente. Es importante analizar el contexto y también pasar muchas horas con tu cliente para entender muy bien no solo lo que solicita, si no lo que tu analizas de su forma de vivir, que va a necesitar. El cliente al final te contrata para que los ayudes a resolver temas que ellos aún no han visto necesarios.
¿Qué te inspira y quiénes son tus principales referentes?
Me inspira mi cultura y su historia e identidad única. Creo que en México y en los países latinoamericanos encontramos una riqueza artística y artesanal que en otros países no existen y tenemos que, con mucha responsabilidad, trabajar en comunidad para apoyar a que las mismas sigan existiendo por muchos años más.
Como mexicana, no puede faltar de referente el arquitecto Luis Barragán, pero, también, me inspiran pintores/artistas muralistas como Diego Rivera, Tamayo y Frida Khalo. Ellos lograron crear una identidad en el mundo del arte donde se demostraba la riqueza y el potencial de los artistas mexicanos desde una nueva perspectiva. Se me hace sumamente importante innovar y generar nuevas maneras de pensar, explorar nuevas posibilidades en el diseño, arquitectura y arte, sin dejar a un lado la identidad, enalteciendo una cierta comunidad/sitio.
¿Tienes algún proyecto soñado, algo que te gustaría hacer?
Me encantaría hacer un espacio cultural. Hoy en día en el estudio estamos trabajando en proyectos de urbanismo y en una escala mayor a la residencial. Me interesa siempre estar trabajando diferentes escalas y tipologías, creo que enriquece al proceso interno del estudio y nos ayuda a explorar diferentes problemáticas, solucionando siempre con diseño.
Has sido reconocida como una de las arquitectas mexicanas que “hay que conocer”. ¿Qué piensas sobre la evolución de la mujer en la arquitectura de México y su posicionamiento?
Me da gusto que hoy en día tengamos más estudios dirigidos por mujeres en México y Latinoamérica, aunque creo que hay mucho trabajo por hacer. La arquitectura es una carrera demandante y no todas tienen la oportunidad de estudiarla y ya como profesionales, de crear una carrera. Esto debido a situaciones socio-culturales que siguen existiendo en países como México. Creo que día a día, si nos unimos como comunidad y entre hombres y mujeres generamos y exigimos más cambios, podemos apoyar a que todo mundo tenga la misma oportunidad de aportar con buenas propuestas de arquitectura.
