Arte

Poemas Antárticos, la imperdible exposición de Macarena Ruiz-Tagle

Lágrimas vistas a través de un microscopio son las protagonistas de la muestra, que se presentará hasta el 19 de febrero en el Parque Cultural de Valparaíso y que luego llegará a Antofagasta y Santiago. Una mirada profunda a la transformación definitiva de los paisajes que estamos viviendo.

La sensación de solastalgia, un neologismo formado por la fusión de solace (consuelo) y nostalgia que se refiere al estrés emocional, psíquico y existencial causado por la transformación definitiva de los paisajes en los que vivimos, fue el puntapié inicial para Poemas Antárticos, la última exposición de la artista Macarena Ruiz-Tagle, que se podrá ver en el Parque Cultural de Valparaíso hasta el 19 de febrero. Todo partió durante la pandemia, “en respuesta a la ansiedad que producían los cambios repentinos que estábamos viviendo, así como también los efectos del calentamiento global, la sequía y las predicciones de derretimiento de los polos y los cambios del nivel del mar”, cuenta Macarena. Pero la investigación venía desde antes.

Después de trabajar por varios años con la luz de Chile y sus atardeceres, Macarena estaba buscando un cambio de tema en su obra. Fue en ese proceso que empezó a juntarse con el filósofo Ricardo Loebel para hablar de distintas tendencias filosóficas y para descubrir cómo transformar su trabajo. También se sumó un viaje a la Bienal de Shanghai, donde pudo conocer el Museo Teshima, proyectado por el arquitecto Ryue Nishizawa y compuesto por la sola obra de arte de la artista Rei Naito. “Cuando vi esa obra dije: ‘esto es lo más lindo que he visto en mi vida’”, recuerda Macarena. A finales de 2019, todos estos elementos se fueron juntando y Macarena decidió trabajar con agua, pero no con los ríos o mares, sino con el agua de las personas, “de los cuerpos que están sintiendo toda esta angustia”, explica.

Con ese concepto, Macarena se enfocó en las lágrimas de las personas. El primer paso fue llamar al Instituto Chileno Antártico y explicar que estaba trabajando en un proyecto y que necesitaba lágrimas de personas que quisieran participar. “Ahí me contactó una científica que estaba trabajando en la Antártica porque quería participar. Yo dije: ‘esto es una señal’, y empecé a invitar a todas aquellas personas que quisieran sumarse”, explica. Como todo esto sucedió en medio de la pandemia, los tubitos con lágrimas llegaban hasta la puerta de la casa de Macarena en Santiago gracias al correo postal. Después, ella lo mandaba a un especialista en imágenes microscópicas, que le devolvía un archivo digital: una imagen en blanco y negro, siempre distinta. “Cada lágrima es diferente, incluso si es de una misma persona que llora de alegría o de tristeza; cada una es única. Pensar que somos agua y sal y que estas lágrimas son las emociones o los poemas que surgen ante el derretimiento de la Antártica chilena, es un llamado de alerta a que debemos actuar antes que desaparezcan sus glaciares por completo”, reflexiona Macarena. 

Luego, la artista pintó las imágenes –que incluyen lágrimas de una niña en la Isla de Pascua, de un recién nacido, de personas mayores– inspirada en unas nubes nacaradas que se pueden ver en la Antártica, que tienen cristales y reflejan la luz ambiental de una forma muy especial, con colores cian y magenta. “Pinté con esos colores para intervenirlas y darles una sensación pictórica más que solamente científica”, explica. Además, ya de vuelta en Berlín, donde vive, empezó a hacer cerámica. “En vez de hacer lo típico, empecé a deconstruirla, a hacer sopas de cerámica, a experimentar, a empujar el material en su máxima expresión y usarlo con abundante agua”, cuenta. El resultado es una especie de escultura o performance de material cerámico secado abruptamente con ventiladores industriales, generando una textura agrieta, pero que al terminar la exposición, desaparecerá: como se hizo en el lugar y está craquelada, al levantarla, se rompe. “Para la próxima muestra voy a tener que volver a hacer ese montón de agua y porcelana. Entonces es como otra experiencia de observar cómo se evapora el agua y su reacción en el material. Es una especie de escultura performática”.

 

Poemas antárticos se puede visitar hasta el 19 de febrero en el Parque Cultural de Valparaíso (Cumming 590, Cerro Cárcel).

Desde el 9 de marzo se podrá ver en el Museo Ruinas de Huanchaca en Antofagasta, de 10 a 18 horas (Av. Angamos 01606). 

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