En plena pandemia, con el mundo detenido y las personas encerradas, The Wall se convirtió en Vang Studios. Dejaba de ser sólo una oficina de arquitectura– nacida en 2009 en Buenos Aires– para transformarse en un estudio internacional y multidisciplinario, donde la arquitectura es combinada con otras especialidades, como diseño gráfico, industrial o dirección de arte, para llevar a cabo lo que denominan ‘arquitectura comercial’: “Nuestra visión es transformar una filosofía de marca, una identidad de marca, en un espacio físico; hacer que esa marca sea reconocida a través de sus tiendas, que sus consumidores la elijan por eso y que se viva una experiencia en ese lugar”, explica desde Buenos Aires Julio Masri, director de Vang Studios.
Blue Sheep, Buenos Aires
Naturalú Cosmetics, Buenos Aires
Entre los proyectos realizados al otro lado de la cordillera se encuentran las oficinas de Mercado Libre y tiendas de Longchamp y Maria Cher, por mencionar algunos. Pero siempre tuvieron en mente la idea de expandirse y así en 2023, tres años después del nacimiento de Vang, desembarcaron en Chile. Cercanía, una economía estable, gran número de centros comerciales y una valoración por el diseño argentino los llevaron a abrir una oficina en Santiago y ya cuentan con un portafolio interesante y en crecimiento: OZ Cranberry Chic en Casa Costanera, DBS y Pichara en Costanera Center (y la nueva extensión de la marca, peluquerías Mimi), así como la tienda de Singolare en Parque Arauco, un proyecto aún en proceso que los tiene muy entusiasmados.
Mimis, Santiago
Bisiesto, Montevideo
DBS, Santiago
“Singolare es una marca de diseño chileno, con producción en su gran mayoría chilena también, entonces la idea es transmitir eso en el local a través de piezas e intervenciones con artistas nacionales”, dice Lucía Estigarribia, jefa de operaciones de Vang en Chile. Suman además proyectos en Uruguay, Estados Unidos y España, donde todos reflejan fielmente al estudio: si bien se adaptan a la filosofía de cada marca, se destacan por ser innovadores, modernos y atractivos, donde el diseño está pensado para crear emociones.
“Si no emociona, no funciona”
¿Por qué ir a un local en una época donde casi todo puede comprarse online? Es precisamente lo que busca Vang, que las personas quieran ir a la tienda porque ahí ocurre algo: una atención, una experiencia; finalmente, una identificación no sólo con el producto sino con la marca.
El objetivo de cautivar al cliente desde el punto de vista del espacio físico se logra a través de dos etapas, dice Masri: “Nuestro primer paso es escuchar; el segundo, poner todo en duda. La marca nos mostró algo, pero qué vimos nosotros, qué cosas de lo que nos contaron no lo vimos reflejado en las tiendas y tiene que empezar a suceder. Nos ponemos en el lugar del consumidor de nuestro cliente para generar algo en la persona porque si no emociona, no funciona”, continúa.
Data Pizza, Buenos Aires
Maria Cher, Buenos Aires
Aunque Vang es un estudio de arquitectura, entienden que una experiencia de compra atractiva se nutre de algo más que sólo el espacio físico. Es el aroma de la tienda, la música, cómo te atienden, la ropa de los vendedores; aspectos que quedan fuera del ámbito de acción de Vang, pero que igualmente mencionan y proponen a sus clientes, de manera que todo el discurso de la marca esté en línea con lo que sucede en el local.
A pesar de sumar varios clientes, hay un rubro en particular que desde Vang miran con atención. Y, además, ambición: “Nos gustaría entrar al mundo de la gastronomía. Creemos que hay una oportunidad de hacer algo, hay buenos restaurantes en términos de diseño pero no son muchos y creemos que podemos ofrecer un salto de creatividad, de calidad pero que sea también funcional”, señala Masri.
