DYNAMO: Un siglo de luz y arte en movimiento, 1913 – 2013

Es según los expertos una de las muestras de arte cinético más importantes que se han realizado en el mundo, sino la más. Dynamo, un siglo de luz y arte en movimiento, 1913-2013, es el nombre de la exposición que ocupa la totalidad del maravilloso Grand Palais de París, casi 4 mil metros cuadrados con una selección de más de 200 pinturas, esculturas e intervenciones de los más prestigiosos artistas internacionales de esta corriente abstracta. Ann Veronica Janssens, Anish Kapoor, John Armleder, Carsten Höller, Philippe Decrauzat, Jeppe Hein, Felice Varini y Xavier Veilhan, son algunos de ellos, además de muchos latinoamericanos como Jesús Rafael Soto, Carmelo Arden Quin y Julio Le Parc.

Impresiona ver cómo artistas con cien años de diferencia tienen similar interés en investigar acerca del movimiento, el uso de la luz y de la visión, el tratamiento del espacio, entre otros factores, con resultados completamente distintos. Son obras hechas en diferentes tiempos y lugares, utilizando técnicas antagónicas, pero que concuerdan en su totalidad en estos puntos. Estas sondean en temas más bien cinematográficos, como la forma, la presencia y la invisibilidad, la percepción, la duración y el tiempo.

Más que una exposición, se podría decir que esta es una inmersión en el arte cinético porque los visitantes participan desde la entrada de esta ilusión óptica de luz y movimiento a través de juegos de espejos, luces de neón, rayas blancas y negras que generan vibración, círculos de colores que cobran vida al contacto con el ojo humano, espirales, laberintos que cuelgan del techo y espacios cerrados que provocan todo tipo de sensaciones: de la oscuridad pasan al encandilamiento, o tan brumosos que no permiten verse ni los pies.

El gran recorrido comienza con la exhibición de trabajos contemporáneos –dos de ellos fueron creados especialmente para el Grand Palais, uno para las columnas de la fachada y otro para la espectacular escalera–, y termina con los pioneros del arte cinético, estableciendo un diálogo entre lo más nuevo y lo más antiguo. En resumen, una espectacular colección dividida en dos grandes categorías (la visión y el espacio), subdivididas a su vez en temáticas como la permutación, lo concéntrico/excéntrico, la interferencia, la inmersión o la distorsión, en función del propósito de la obra.

Dynamo, que estará abierto al público hasta el 22 de julio, es por estos días un imperdible de la capital francesa.