El mecenas - Revista ED

Arte

El mecenas

El montaje de la colección privada de Juan Yarur en el MAC también es una obra de arte. Se pintaron dos pisos del museo donde se exhibirán las 80 piezas de su colección, mientras varios artistas se desplegaron para mostrar sus instalaciones, tan efímeras como una jaula con pájaros.

Joaquín Torres García, un teórico uruguayo, luego de su paso por Europa en los tiempos de las grandes vanguardias en el arte, vuelve a su continente natal y acuña la frase: “Latinoamérica es mi norte”. Catalina Bauer, artista chilena y ganadora de la Beca AMA 2011 que otorga la fundación presidida por Juan Yarur, trabaja con su equipo entre andamiajes, recipientes con agua, bolsas blancas de plástico y despliega una gran instalación: un muro semicurvo en el hall central del MAC en donde por un lado se construye un mapamundi hecho de bolsas de plástico blancas llenadas a medias con agua, y por el revés, el mismo ejercicio pero con el orden invertido. Ahora es Latinoamérica quien se encuentra al norte. Cecilia Brunson, la curadora de la exposición de Juan Yarur, cómplice y amiga, hace el paralelo con la reflexión de Torres García y cómo él se relacionó con el mundo del arte desde acá y cómo el propio Juan Yarur está haciendo lo mismo en la actualidad.

Cecilia Brunson podría ser la curadora de la vida de Juan Yarur durante los últimos diez años. Hace siete que colaboran profesionalmente, hace unos meses que recibió una de las recurrentes llamadas de Yarur donde le hace la siguiente propuesta: “imagínate que estás como en tu museo de EE.UU., sin límites de presupuesto, pero acá en Chile, en el MAC… ¿te animas?” Fue una invitación a ser su compañera de ruta en este acto de catarsis, de exposición que significa para Juan Yarur mostrar sus 80 obras de arte que ha coleccionado desde que tenía 18 años, cuando su padre Amador le regaló la célebre serigrafía de la Marilyn de Warhol. Después, como adquisición propia, vino un LaChapelle. Porque Juan es hijo de su tiempo, sus años son los 90 y de ahí que sus primeras obras sean de artistas que predominaron en esa década.

Estamos a una semana del lanzamiento y en el MAC hacen, con suerte, 5 grados de temperatura. El montaje ya comenzó, al día siguiente de esta producción comenzarán a llegar las obras. Juan desde el fin de semana que está acá, vigilante y preocupado de cada detalle, recorre las salas, da indicaciones, responde diligente todos los frecuentes mensajes que le van llegando al whatsapp en su celular, cubierto con una carcaza de The Y Not Life, su sitio web sobre lifestyle y glamour. Algo muy distinto a lo que lo tiene compenetrado hoy.

En la cocinería de este montaje, Cecilia Brunson cuenta que decidieron poner sus recursos y fuerza humana y pintaron todas las salas del MAC. La exposición ocupará los dos pisos. “Había que pintar las salas sin detrimento de las obras en exhibición, sino que potencie y defina al montaje en su conjunto. En el caso de la primera sala, está pintada de rosa y gris muy suave, y es que tiene que ver con el pop, el gusto personal de Juan y la mirada de ciertos artistas”. En esa sala estarán el Love de Robert Indiana, la Marilyn de Warhol, la foto de Annie Leibovitz en donde Galliano aparece disfrazado de reina de corazones para su producción sobre el mundo de Disney, y el LaChapelle con su hamburguesa gigante y el otro con la torre en llamas. “Queremos llevar el espíritu de los 60 y su psicodelia al presente. Pusimos también a Livia Marín, con sus 2.000 lápices labiales esculpidos a mano. En otra sala está una serie de fotos de Paz Errázuriz contemplados en su colección La manzana de Adán y los travestis de los años 80. A su lado, un Robert Mapplethorpe y la fotografía de su musa, Lisa Lyons, una chica físicoculturista muy famosa; la obra de Nam Goldin está ahí también. A esto se suma, en ambos costados de la sala, dos escudos ensangrentados en oro, obra del artista chileno Gerardo Pulido, que habla de la decadencia de la cultura heráldica y del origen de los apellidos y que contrasta con la marginalidad y el deterioro de la identidad del resto de las obras de la sala”. En otro lugar del MAC encontramos un Alfredo Jaar.

A Yarur le llamaba la atención el viaje de vida del más importante artista contemporáneo chileno, pero le complicaba lo política de su obra, hasta que vio la imagen de una joven de Rwanda, fotografiada de espaldas, en cuyo retrato reflexiona en torno al abandono. Cecilia Brunson destaca el intachable e irrestricto apoyo demostrado por Jaar a la iniciativa que está llevando a cabo Juan Yarur después de una reunión que tuvieron juntos en Nueva York.

Las instalaciones forman parte de la colección personal de Yarur y son parte de la propuesta curatorial de la exposición. En el hall, además de este gran muro con el mapamundi construido con bolsas plásticas con agua, se montará una gran jaula con pájaros –cumpliendo con la idea de convertirse en una escultura viviente-, y en el ala oriente del museo, se instalarán unas baterías cuyo sonido retumbará en toda la sala central y que en un ejercicio orgánico, se conectará con el agua del mapamundi y los pájaros enjaulados. Todo es de Juan y todo se monta con especificaciones detalladas. “El mapa con las bolsas de agua en algún momento debe desarmarse y los pájaros, al sacarlos de la jaula, se devuelven. Son obras muy efímeras y sensibles, quizás eso es lo más bonito que tienen estas instalaciones”, explica Brunson.

La curadora cuenta una de las novedades del montaje: “Hay algo que hicimos después de ver la última muestra de Damien Hirst en la Tate Gallery: él cuelga sus obras en un papel mural que tiene motivos de mariposas enormes, todas muy eróticas si se quiere, y encima de ese papel mural están sus obras. Nos contactamos con el estudio de Hirst y nos conseguimos el papel mural y así serán montadas sus obras acá en el MAC. Queremos que esa experiencia que hace poco la vivieron los ingleses también sea vista acá, en un espacio pequeño, a escala, pero que surta ese mismo efecto impresionante. Queremos que las cosas se vean bien, no escatimar en lo maravilloso que esto se pueda ver”.

Cada sala llevará un nombre. Así como hay una que se llama “erotismo” cuyos muros están pintados de color plateado, hay otra llamada “accionismo” donde veremos obras del artista vienés Otto Muehl, cuyo motivo principal son imágenes con el cuerpo humano usado como una performance extrema, una expresión bien potente y difícil dentro del mundo del arte. Un gusto muy particular con un recorrido bien erudito dentro del ambiente.

Esa erudición, ese paso por la academia es la que no tiene Juan Yarur. En algún momento quiso estudiar algo en relación a estas disciplinas, pero fue la propia Cecilia Brunson la que lo hizo desistir. Lo suyo es la acumulación de experiencia, desde su gusto, su asistencia a ferias de arte y su sensibilidad personal. Ha desarrollado “una metodología de la intuición”, según Brunson, “su propia colección es su academia”. Y ahí está, con su rol internacional en el Comité de Adquisiciones de Arte Latinoamericano en la Modern Tate Gallery en Londres. “Juan es una figura clave. El es un real mecenas, sin darse cuenta: tiene una beca que financia de su bolsillo premiando a un artista joven para que pase tres meses en residencia en Londres codeándose con gente que sabe; además, y con lo joven que es, tiene una colección de arte y en un hecho inédito en Chile se atreve a mostrarla a todo el mundo, sin perjuicio de que piensen de lo frívolo que es o si es un nuevo capricho; a eso le sumas un libro y una exposición que se va a montar en Berkeley sobre la fotógrafa Paz Errázuriz. Estamos frente a alguien que está muy comprometido con aspectos de la escena del arte chileno y en completa conexión con lo que está pasando en el extranjero para que Chile no se quede atrás. Estamos frente a un hombre que hará grandes cosas por el arte en Chile. Hace una década, cuando lo conocí, le dije que en 10 años sería un hombre muy interesante. A poco de que cumpla los 30, creo que no me equivoqué”, concluye Brunson.

  • Autorretrato, obra de Gerardo Pulido.

  • Man of the hour: Juan Yarur. Temeroso, expectante, pero dispuesto a brillar con su tesoro más preciado, su colección de 80 piezas de arte nacional e internacional.

  • Fotografías en blanco y negro de Nicolás Franco, becado ama 2013.

  • En la sala dedicada al pop estará la serigrafía de la Marilyn de Warhol, fotos de Annie Leibovitz y David Lachapelle.

  • Detalle del montaje de la obra de Tomas Rivas, becado Fundación AMA.

  • Fotografía de la serie de Nicolás Franco.

  • Una semana antes del lanzamiento, parte del montaje de las obras de Álvaro Oyarzún, pintor y artista visual.

  • Una semana antes del lanzamiento, parte del montaje de las obras de Álvaro Oyarzún, pintor y artista visual.

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