El momento chileno

Un muy buen artículo publicado recientemente por el Financial Times hizo la siguiente comparación: mientras en Gran Bretaña hay 50 escuelas de Arquitectura para una población de 64 millones de habitantes, en Chile hay 44 para sólo 18 millones… No es casualidad que la arquitectura chilena esté viviendo un boom. Una economía estable y una sólida estructura académica sin duda han colaborado en el surgimiento de buenos profesionales y buenas obras, así como momentos específicos –entre ellos, la ExpoSevilla en 1992– les han permitido mostrarse al mundo. El libro Blanca Montaña: Arquitectura en Chile recoge por segunda vez estas obras. Como explica Claudia Pertuzé, gestora cultural y directora general del libro, “la primera versión tuvo un gran éxito y aceptación dentro del mundo académico y del público general. Su edición se agotó en forma rápida, sin poder hacerla circular mayormente fuera de Chile. Así quedó pendiente la tarea de difundir la arquitectura chilena, razón que originó la creación de este libro”. Por eso es que, junto a la editorial Puro Chile, no tardaron mucho en pensar una segunda edición, esta vez incorporando 21 obras producidas en los últimos dos años. Se aliaron con la prestigiosa Hatje Canz alemana y el resultado es un libro de lujo que reúne 123 obras realizadas en Chile por 63 arquitectos u oficinas de arquitectura. Puede que la mayoría de las obras le parezcan conocidas, pero ahí está su gracia: presentadas en orden alfabético y con una breve reseña, aquí está lo mejor de lo mejor, desde casas particulares a edificios institucionales: el Edificio Consorcio de Enrique Browne y Borja Huidobro, el Edificio de Pregrado de la Universidad Adolfo Ibáñez de José Cruz, el Hotel Explora en Atacama de Germán del Sol, la casa Container de Sebastián Irarrázaval, la casa Reutter de Mathias Klotz… son sólo algunas de las construcciones con que se puede encontrar y que son siempre un buen recordatorio del talento que hay en el país.