Iluminada

Radical y muy positiva fue la transformación que se le hizo a la tienda Hermès de Alonso de Córdova. Su diseño interior se renovó por completo, dando al espacio nuevos aires.

No importa si está en Beverly Hills, en Paris o en Estambul, la sensación al entrar a una tienda de Hermès debe ser siempre la misma. Un orden impecable, una decoración sobria y elegante, el clásico signo ex-libris de la marca y una puesta en escena que realza la belleza de los productos que se exhiben en las vitrinas. Denis Montel, de la agencia parisina RDAI, ha estado a cargo del diseño de todas las boutiques de la marca en el mundo: “Algunos códigos se repiten y se reinterpretan en todas las tiendas Hermès, como el friso griego –elemento decorativo presente en la fachada–, la iluminación, el piso con el patrón de mosaicos Faubourg y el uso de ciertos materiales”.

Uno de los últimos trabajos de Montel fue precisamente en Santiago, en la remodelación de la tienda de Alonso de Córdova. Siguiendo la misma sencillez arquitectónica y sin cambiar la estructura de los 170 metros cuadrados del edificio, rediseñó la fachada y el interior para darle más luminosidad al espacio. El trabajo se demoró seis meses en los que la tienda estuvo cerrada; se reemplazaron las paredes traseras por altos paneles de vidrio, se pusieron espejos en ciertos lugares para aprovechar el reflejo, se pintaron los muros con un beige más claro y los ventanales de la esquina –que permanecían cerrados para evitar que los productos se dañaran– se abrieron gracias a un tratamiento que se les hizo para filtrar la luz del sol que le llega durante todo el día. Gracias a esto, el lugar ganó vida, se ve más amplio y acogedor.

La fachada rectangular que da hacia la calle fue enmarcada con un dosel de madera que cubre y protege las vitrinas. Al entrar, uno se topa con un orden casi sagrado, las cosas están puestas según los colores, nada está arrugado ni fuera de su lugar: los pañuelos y las corbatas al centro de la tienda; a la derecha la ropa de mujer, los artículos para la casa y ecuestres; y a la izquierda los accesorios, perfumes y ropa de hombre.

La tranquilidad da para irse a instalar a observar cada una de las cosas, que se exhiben como verdaderas obras de arte. La tienda tiene cómodos sillones, mesas y sillas que invitan a tomarse un tiempo, a comprar con calma y apreciar los detalles, que son los que marcan la diferencia de calidad y diseño de los productos Hermès.

Alonso de Córdova 2526.

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