Editorial
Hay casas en las que no se celebra el Día de la Madre, lo encuentran muy comercial o un invento moderno, a mí personalmente me encanta. Desde chica le hice regalos a mi mamá y ahora que yo tengo una niñita me fascina que me celebren también, aunque la verdad es que no hay regalo que se compare al mismo hecho de ser mamá.
A propósito de esta fecha, en ED siempre hemos dedicado a las mujeres la edición de mayo, y en nuestras páginas también hemos podido ir viendo cómo ellas han ido evolucionando en las últimas dos décadas. No importa si una revista es de moda, negocios, salud o decoración, siempre tenemos que ser contingentes y reflejar lo que está pasando en la sociedad. Y en las casas que hemos ido fotografiando durante estos 18 años han quedado retratado todos estos cambios. Las mujeres cada día tienen más carácter y personalidad, son decididas, no tienen miedo y se atreven a vivir y decorar a su pinta; son más prácticas, modernas, y así como el hombre ha ido desarrollando su lado sensible, ellas también han ido adquiriendo gustos y costumbres que antes eran considerados masculinos. Ya no vemos el cliché de la decoración femenina, romántica, floreada y “monona”; la primera casa muchas veces es la que armaron sola; quizás dejaron de ser tan busquillas porque no les alcanza el tiempo, en cambio se dan el gusto de invertir en cosas buenas elegidas por ellas (ya no es sólo el hombre el que compra las antigüedades y obras de arte importantes); les gusta el diseño y la tecnología; y, gracias a Pinterest, entre otras redes de información, han profesionalizado la decoración de sus espacios.
La portada de este número, con el departamento de la decoradora francesa Armel Soyer, es un buen reflejo del lado masculino de la mujer moderna: contemporáneo, minimalista, distinto, oscuro, con una mirada personal y atrevida, pero con esa preocupación por los detalles que siguen haciendo única a las mujeres.
Magdalena Bock, Directora.
magdalenabock@ed.cl