Pocos metros

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sala de estar a buen puerto revista ed

A buen puerto

Hace un año que Felipe Forteza se compró un departamento en Valparaíso y desde entonces se ha...

Editorial

En el siglo XXI, los mayores lujos son el tiempo y el espacio y, como nunca sobran, hay que aprender a aprovecharlos lo mejor posible. Los dos conceptos son relativos, cada uno debiera poder hacer con ellos lo que tenga ganas y lo que lo haga más feliz, pero cuando se trata del espacio a veces cuesta salir de las estructuras.

Vivir en pocos metros es una realidad mundial, pero todavía está muy interiorizada en la cabeza y en la construcción, sobre todo en el negocio inmobiliario, la necesidad de dividir y de abarcar lo inabarcable, con ideas que funcionan fantástico en el papel, como living y comedor separado, dormitorio principal en suite, walk-in closet, etc., pero que no hacen más que achicar y quitar amplitud. Los que ya saben de esto apuestan por espacios multifuncionales, o multitask, como les dicen, que sirven para distintas tareas.

En los hoteles, por ejemplo, han ido desapareciendo los lobbies, porque la tecnología permite chequearse donde también se puede tomar un trago o almorzar con un cliente. En las oficinas pasa lo mismo, los puestos de trabajo son lo más abiertos e integrados posibles, se han ido eliminando los privados, lo que aumenta la sinergia de los equipos y la productividad. Y en las casas, sobre todo los departamentos, debiera pasar lo mismo. Los materiales y el diseño contemporáneo permiten que todo pueda convivir; lo mismo que los aparatos tecnológicos ultra slim: ya ni tener la televisión en el living es un pecado. Ahora lo que toca es desprejuiciarse, pensar de cero y evaluar las propias necesidades antes de decorar. Si va a vivir y trabajar en un mismo lugar, éste deberá ser de un modo; si no convida mucho a la casa, quizás no necesita tener un gran comedor, pero sí un buen estar; si es bueno para la cocina, debería armar un buen ambiente en torno a ella, y así. Lo mismo con los muebles, cuesta salir de la estructura sofás, mesa de centro y mesitas laterales, pero la mayoría de las veces nada de esto es necesario. La casa también debe ir adaptándose a las distintas etapas y situaciones de la vida, por eso los mejores resultados son después de un tiempo, cuando ya se ha vivido, armado y cambiado a su antojo.

Para esta edición fotografiamos espacios bien aprovechados y nos encontramos con buenísimos ejemplos, como un departamento en Valparaíso de 65 metros cuadrados, que su dueño disfruta al máximo con sus amigos y que decoró sin ninguna idea preconcebida; también uno en París, con pocas cosas, pero muchísimo color y diseño; una casa con la cocina incorporada en el pueblo de Zapallar; un lindo departamento en El Golf, con una gran biblioteca en el comedor-living, para que su dueña también pueda trabajar ahí; y otro lindo departamento en Santiago, con puertas correderas que permiten integrar o separar el dormitorio. Pocos metros, pero vividos en grande, porque no se trata de apretarse sino que de vivir a la medida.

Magdalena Bock, Directora
magdalenabock@ed.cl